El presidente de Repsol, Antonio Brufau, vuelve a la carga. El ejecutivo de Mollerusa cumple diez años al frente de la petrolera el próximo mes de octubre y lo quiere celebrar demostrando que la compañía sigue viva. Para ello prepara un golpe de efecto para tratar de acorralar, aún más, a su accionista histórico, Pemex (9,4%), tras las fuertes críticas recibidas por el nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado, un hombre afín a Brufau que no responde a las expectativas que se había fijado el grupo estatal mexicano.
Brufau quiere cerrar en breve una gran operación de compra de activos petrolíferos maduros y tiene en el foco dos opciones muy avanzadas: por un lado, estudia la adquisición del grupo colombiano canadiense Pacific Rubiales o algunos de sus principales yacimientos petrolíferos; y, por otro, aspira a quedarse con los cuatro bloques que la canadiense Talisman Energy ha puesto en venta en Noruega.
Según confirman fuentes conocedoras de las pesquisas realizadas en las últimas semanas por el equipo de adquisiciones del grupo, hay más de 10.000 millones de euros disponibles para invertir en crecer, después de haber formalizado la venta del 11,8% de YPF (900 millones de euros) y haber canjeado el 61% de los bonos soberanos pagados por Argentina en concepto de compensación por la expropiación del 51% de YPF, cuyo valor de mercado ha sido de 2.000 millones de euros.
Repsol dispone de más de 10.000 millones para invertir después de vender YPF y de hacer líquidos más de la mitad de los bonos recibidos de Argentina
Con gran liquidez en su caja y mucho que demostrar tras el fracaso de Argentina, Brufau quiere cerrar antes del verano una de esas operaciones, señalan estas fuentes, anclado en la seguridad que le da tener a un 'número dos' que le blinda ante los intentos desestabilizadores de Pemex y haber diseñado un plan ordenado para ir abandonando Repsol.
Sobre la mesa está tanto la compra de Pacific como la nueva oportunidad que se abre sobre esta compañía. El campo CP6 podría ser el nuevo eldorado del crudo de Colombia tras el Campo Rubiales, donde la licencia de explotación dada por Ecopetrol (la primera petrolera colombiana) vence en 2016. El yacimiento CP6 es propiedad de Pacific y Talisman Energy.
De esta última Repsol sigue de cerca el proceso de venta de los bloques noruegos Blane, Gyda, Varg y Rev, activos valorados en unos 3.000 millones de dólares, según informó el Economista. La española cuenta con una posición de privilegio, dado que es socia de Talisman desde hace tiempo en la explotación de campos petrolíferos en Perú.
El campo CP6 de Colombia se perfila como el nuevo eldorado del petróleo en Colombia, un proyecto en el que ya participan Pacific y Talisman y en el que quiere entrar Repsol
La petrolera española ha venido avanzando en los últimos meses su intención de realizar una importante compra para crecer en mercados maduros como el de EEUU, Canadá o Europa, después de que vender sus activos de GNL a Shell y de sellar la paz en Argentina.
Repsol no se puede quedar parada después de abandonar el país austral, convertida ahora en una pequeña petrolera que necesita crecer para fortalecer su posición internacional y plantar cara a Pemex, cuyos máximos ejecutivos no niegan su intención de desbancar a Brufau de su posición de presidente, pese a haber cedido parte de su cuota de poder a Imaz.
El movimiento estratégico del primero para nombrar al segundo ha enturbiado la visita de Estado del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, prevista para el próximo mes de junio.