La reforma del sistema financiero ha descompensado la teoría de vasos comunicantes que sostenían el equlibrio entre bancos y cajas. Los clientes están buscando valores seguros en los que depositar sus nóminas, pensiones o ahorros ante la sangría (desapariciones, nacionalizaciones y falta de solvencia) que está azotando al sector de las cajas. La percepción que transmite el sector empieza a plasmarse en estadística en el balance del Sabadell. En el último trimestre de 2012, la entidad presidida por Josep Oliu capta una media de 4.000 nuevos clientes semanales provenientes de las entidades nacionalizadas.
La cifra supone el 50% de los 8.000 nuevos clientes semanales que la red del Sabadell logró captar a lo largo del pasado ejercicio. Sin contar a Banco CAM, que ha disparado la clientela hasta una bolsa de 5,5 millones, el Sabadell aumentó en 2012 su nómina de clientes en 411.811 nuevas contrataciones: 338.830 corresponde a particulares y casi 73.000 a empresas. En enero, el balance de nuevas contrataciones se cerrará en 10.000 nuevos clientes por semana.
La entidad catalana está intentado extender este efecto llamada a Banco CAM, que sufrió una fuga de 7.000 millones en depósitos desde su intervención (julio 2011) a la entrada del Sabadell (diciembre 2012). La huida de pasivo se acompañó de una masiva salida de clientes. Durante ese tiempo, según confirmó Jaime Guardiola, CEO del Sabadell, la entidad alicantina sufrió la salida del 20% de su negocio de nóminas y del 10% en el de pensiones.
"El reto con la CAM no es tanto ganar clientes a corto plazo, sino recuperar la confianza porque la red en Alicante, Murcia y Valencia ha detectado que muchos de ellos tienen ganas de volver", asegura Guardiola, que no explicita el objetivo de clientes para este 2013, pese a que en el trimestre septiembre-noviembre de 2012 se realizaron 7.335 nuevas contrataciones.
La entidad catalana cerrará enero aumentando a 10.000 el volumen de nuevos clientes captados semanalmente
Menos complicada será la labor comercial del Sabadell cuando se haga cargo (próximo verano) de la antigua red en Cataluña y Aragón de Caixa Penedés, adquirida a BMN a finales del pasado año. Esta no será la última adquisición del banco presidido por Oliu, una entidad siempre muy activa en el estudio de las entidades que salen al mercado.
Tras el proceso de Catalunya Caixa, venta de la que se autodescarta prácticamente Oliu ante el apetito de Santander y BBVA -"es probable que no nos la llevemos", reconoció el jueves en la presentación de los resultados anuales en los que el grupo apenas ganó 81,9 millones-, Sabadell estará presente en los procesos de venta de Novagalicia y el resto de entidades nacionalizadas. Tampoco descarta seguir completando su red con trozos de antiguas cajas.
"El mapa financiero definitivo no está cerrado y estaremos atentos a todas las oportunidades. Además, somos de los pocos bancos con capacidad para comprar y no podemos evitar esa responsabilidad", razonó Oliu.
Oliu retrasa la expansión internacional del Sabadell a que finalice la reforma financiera en España, donde puede realizar nuevas compras
Este crecimiento en España ha aparcado la expansión internacional del Sabadell en el corto plazo. "Forma parte de las reflexiones actuales pero es una actuación que se desarrollará a lo largo de los tres próximos años".
Hasta entonces, el Sabadell seguirá pendiente de los "retales", como definió Oliu, que se pongan a la venta de las antiguas cajas. "Pueden ser más favorables que comprar fuera".