En diciembre de 2009 se hacía oficial el anuncio de que Telefónica compraba Jajah (un servicio de voz IP) por 145 millones de euros. En aquél momento, fuentes de la compañía señalaban que este acuerdo "representa un significativo incremento de las capacidades de Telefónica para ofrecer servicios de comunicación de primer nivel a clientes online, donde, cuando y como quieran".
Lo que pretendía Telefónica era competir con servicios como Skype o Viber, sin embargo la jugada no le ha salido bien. Y eso a pesar de que Jajah, creada en 2005 por dos jóvenes treintañeros austríacos, sólo necesita conectarse a Internet para iniciar la llamada, funciona con cualquier teléfono -fijo o móvil- y es tan fácil de usar como Google.
Hoy, cuatro años después de la compra, Telefónica ha decidido cerrar Jajah el próximo 31 de enero. La compañía dejará de ofrecer todos sus servicios (Jajah.com y Jajah Direct) y ha anunciado que los usuarios que quieran pedir una devolución del dinero que aún tengan en sus cuentas, podrán hacerlo a través de una solicitud en la página web de agtención al cliente, antes de la fecha de cierre.
El objetivo de la operadora era ampliar su presencia en las nuevas comunicaciones a través de internet; reto que no ha conseguido. La filial de Telefónica ha sido incapaz de plantar cara a servicios de llamadas de voz a través de internet mucho más asentados como Skype.