La llegada de robots al mercado de trabajo español no preocupa por el momento a los empleados, pues tan sólo un 21% teme que la automatización le quite el trabajo. Los estratos de entre 45 y 65 años son los menos temerosos de todos a perder su empleo, pues sólo hay un 16% de posibilidades de que esto suceda. Por el contrario, los más jóvenes (entre 18 y 24) son los que más temen a la robotización: un 26% cree que le puede quitar el empleo.
A pesar de la "revolución" que está por venir en el mundo laboral y de los distintos estudios que hablan de la destrucción de empleo que podrá generar (2 millones de empleos en España según la OCDE; más de 8 millones según McKinsey), el empleado español se muestra confiado en su futuro. Tan sólo los empleados de baja cualificación ven algo más de probabilidad, pero un escuálido 27%.
Según el presidente ejecutivo de la compañía especializada en empleo en España, Rodrigo Martín, la digitalización no debe valorarse por cuántos empleos destruye sino por cuántos empleos genera. En el caso de España, asegura, son 1,2 millones de puestos de trabajo los que la empresa calcula que habrá que cubrir. El problema, asegura, es que pueden faltar profesionales con la capacidad técnica requerida para estos nuevos puestos. Por ejemplo, "el año pasado las matriculaciones de alumnos en ingenierías cayeron un 9%".
Martín también ha destacado que en los últimos años la productividad de la empresa española frente a la alemana ha subido un 5%.
Reacios al reciclaje
Llama la atención también que cuatro de cada 10 entrevistados por Randstad declararon no estar dispuestos a reciclarse en sus conocimientos y funciones, incluso si les pagaran lo mismo o más que en en la actual situación. Los empleados más mayores son los menos dispuestos a hacerlo, pero también los jóvenes se muestran contrarios a cambiar de horizontes profesionales. Un 52% de entrevistados de entre 18 y 24 declararon no estar dispuestos a reciclarse si les pagaran más.
Con respecto a la posibilidad de introducir una renta básica universal, tal y como propuso BBVA hace escasas semanas, el directivo de Randstad se ha mostrado reacio: "Siempre tiene que haber un ingrediente de oferta y demanda en el trabajo, si bien es cierto que en la situación en que nos encontramos actualmente, las rentas más bajas deberían crecer".
Por otra parte, el salario sigue siendo el factor que más influye a un trabajador a la hora de valorar la idoneidad o no de un empleo. A continuación le siguen el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y que se promueva un ambiente de trabajo agradable.
