Hay en España unas empresas tan poderosas y con presidentes con tanto mando en plaza que, a estas alturas de la película, se plantean si es necesario o no tener una patronal para defender sus intereses ante la Administración pública.
Que Ignacio Sánchez Galán, Borja Prado o Salvador Gabarró necesiten tender puentes, a través de intermediarios, con el Gobierno de Mariano Rajoy raya con lo naif. Poco o nada es negociable a estas alturas con el refractario ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, que huye de los grandes lobbies tras sacar adelante la polémica reforma energética.
Máxime cuando no concede audiencia alguna en su Ministerio, a no ser que ésta venga impuesta desde Moncloa. Así que, en este contexto, los presidentes de Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa se están replanteando la idoneidad y 'rentabilidad' de su patronal Unesa y de su líder, Eduardo Montes, según confirman a Vozpópuli varias fuentes del entorno de estas compañías.
Montes salió reelegido por tres años más como presidente de Unesa en enero pasado, pero los grandes prohombres del sector mantuvieron en vilo su renovación hasta el último momento debido a su "mala gestión en todo el proceso de gestación de la reforma energética" que ha supuesto uno de los mayores hachazos jamás recibidos por las compañías eléctricas por parte de un Gobierno, señalan estas fuentes.
Las grandes eléctricas trataron de imponer a Montes un 'número dos' para que asumiera algunas de sus funciones y fiscalizara su labor, pero cejaron en su empeño para evitar más problemas en año electoral
Las dudas que levantó Montes entre las compañías a las que intenta defender ante las Administraciones provocó una intentona por parte de algunas de éstas para moverle la silla al presidente de la patronal. Montes se enrocó en el cargo, como constataron el pasado año las empresas que conforman Unesa, y finalmente consiguió salir a flote gracias a sus compromisos de que sus gestiones ante el Ministerio y el Gobierno surtirían efecto.
No ha sido así y las grandes eléctricas han intentado colocarle un segundo de abordo en Unesa, con el que repartir competencias ejecutivas y, ya de paso, fiscalizar más de cerca la labor del ex presidente de Siemens España, según señalan varias fuentes del sector energético.
El objetivo era volver, de forma sui generis, al sistema anterior, en el que la presidencia de Unesa era honorífica y rotatoria, a propuesta de los socios, y un director general era el que manejaba el cotarro. Las grandes eléctricas han desistido de su intentona de colocar a Montes un 'número dos', "un secretario", en palabras de fuentes del entorno de una compañía, ante el coste que esto podría suponer frente a la opinión pública y la imagen de debilidad que eso podría provocar frente a Industria.
Las compañías, amedrentadas por el efecto Podemos y los movimientos sociales, necesitan un liderazgo fuerte para mantener su status quo y se replantean si Unesa es su vía de defensa
No ha sido posible, por ahora, por estas circunstancias, así que Montes seguirá al frente de Unesa, aunque los presidentes de las grandes eléctricas prefieren hacer lobby ante el Gobierno por sí mismos. Complicado lo tienen en estos momentos tan complicados para el sector, una vez aprobada la reforma energética con toda su crudeza, para las compañías tradicionales, pero también, y en grado sumo, para las más volcadas en el sector renovable.
Eso sí, el nerviosismo se ha instalado en todas ellas, y también en el presidente de la patronal, ante el imparable avance de Podemos y sus planteamientos rupturistas con el oligopolio eléctrico. 2015 es un año electoral y el sector eléctrico sabe que, junto al bancario, está en la diana de los movimientos sociales.
Las grandes compañías, según confirman ellas mismas, necesitan de un liderazgo fuerte e influyente en su patronal para tratar de contrarrestar, en el día a día, las andanadas de las fuerzas políticas de izquierdas contra el oligopolio eléctrico.
Hoy más que nunca sienten amenazado su status quo de poder por el avance de las fuerzas políticas emergentes y tratarán por todos los medios de desactivar sus planteamientos ante la opinión pública. Magna labor la que tiene por delante Eduardo Montes y su equipo, pese a la pérdida de confianza sufrida por el actual presidente por parte de los que le auparon al cargo.