Las espadas están en alto entre los trabajadores de las dos plantas que el grupo Volkswagen tiene en España: Landaben, en Navarra, donde fabrica la marca matriz, y Seat en Martorell donde se construyen modelos de la antigua empresa española y el Audi Q3. Algunas filtraciones de autoridades medioambientales californianas, que no han sido todavía confirmadas, indican que el modelo Polo, el único que se fabrica en la factoría navarra, no estaría incluido entre los que utilizaron motores diésel que emitían más óxido de nitrógeno del que supuestamente les tocaba.
Estas filtraciones apuntan a que los modelos afectados serían el Audi A3 (2010 – 2015), el Golf (2010 – 2015), el Golf Sportwagen (2015), el Passat (2012-2015), Jetta (2009 – 2015) Jetta Sportwagen (2009-2014) Beetle (2012 – 2015) y Beetle Convertible (2012-2015). Por su parte los modelos de Seat habría sido los fabricados entre 2010 y 2013.
Este viernes se sabrá de forma definitiva los modelos que se han visto afectados por este fraude, pero los trabajadores de Landaben esperan librarse. A los miembros del comité de empresa se les explicó el pasado martes en una reunión la trascendencia de la crisis y se conjeturó con que los vehículos afectados podían ser los posteriores a 2009. "Estamos intentando empujar a la transparencia. Lo único que defendemos es la honestidad de los trabajadores. Nosotros somos una fábrica de montaje. Si esa centralita ya venía entre comillas manipulada o trucada, nadie en esta factoría podía hacer nada para evitarlo, pues nosotros nos ocupamos de ensamblar con la mayor eficiencia posible". Encontrar la trazabilidad de estas centralitas está siendo un trabajo difícil.
En la empresa navarra reconocen que están en el principio del problema y piden tranquilidad: "Detrás de la marca hay miles de personas y es la credibilidad de toda la empresa la que está en juego. Nosotros tambíen nos sentimos engañados".
No lo tienen tan claro los de Seat en Martorell, pues la marca española ya ha avisado de que usa en varios de sus modelos motores VW altamente contaminantes. En una reunión a última hora de la tarde del jueves, la empresa comunicó a los trabajadores que se encuentra expectante antes de saber qué modelos son los que están afectados. La incertidumbre crece sobre la planta de Martorell, al mezclarse la inestabilidad política catalana con este drama tecnológico. El responsable de Seat anunció en una entrevista este fin de semana que la inversión seguiría y quiso separarse de las posibles turbulencias ocasionadas por el proceso independentista catalán.
