Los ciudadanos de los 19 países de la zona euro aún guardan en sus bolsillos el equivalente a 12.692 millones de euros en monedas y billetes de sus respectivas divisas anteriores al euro, que entró en circulación en una docena de países, incluido España, el 1 de enero de 2002, mientras que Lituania se convirtió en el último país en adoptarlo, el 1 de enero de 2015, según los datos de los distintos bancos centrales nacionales de la eurozona recopilados por Europa Press. Asimismo, los españoles tienen en su poder 1.624 millones de euros en pesetas.
Entre Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal, los primeros países en poner en circulación la moneda común europea, acumulan algo más de 12.143 millones de euros en sus respectivas monedas anteriores al euro.
En el caso de España, los españoles aún conservan en su poder 1.624 millones de euros en pesetas sin canjear, según los últimos datos del Banco de España, incluyendo 825 millones de euros en billetes (137.268 millones de pesetas) y 799 millones de euros en monedas (132.942 millones de pesetas). El Banco de España dejará de cambiar pesetas a euros de forma definitiva el día 31 de diciembre de 2020.
De este modo, los españoles son los segundos ciudadanos de la eurozona que mayor apego conservan a su vieja moneda, solo superados por el demostrado por los alemanes hacia el marco, del que aún conservan el equivalente a 6.401 millones de euros, según indicaron a Europa Press desde el Bundesbank, añadiendo que el banco central germano mantiene abierto por un periodo indefinido el plazo para cambiar marcos por euros.
Francia, Austria y Bélgica
Por su parte, los franceses guardan francos por un importe equivalente a unos 726 millones de euros, que no pueden cambiarse desde febrero de 2012, mientras que en Italia inicialmente se dejó de realizar el canje de liras por euros en 2011, con un total de 1.200 millones de euros sin cambiar, aunque el proceso se ha reabierto y entre enero de 2016 y marzo de 2019 se han canjeado liras por valor de unos 2,6 millones de euros.
A continuación, el mayor importe pendiente de cambio corresponde a los austriacos, que acumulan 505,25 millones de euros en chelines que podrán canjear durante un periodo indefinido de tiempo, mientras que los holandeses conservan 447 millones de euros en florines, de los que aún podrán cambiarse algunas denominaciones de billetes hasta 2025 y 2032.
En Bélgica, los ciudadanos guardan en sus bolsillos francos belgas por importe de 333,7 millones, de los que aún pueden canjearse los billetes, pero no las monedas, mientras que en Irlanda el importe en libras irlandesas pendiente de canje asciende a 348 millones de euros, incluyendo 225 millones de euros en billetes y 123 millones en monedas, para cuyo cambio es necesario presentar una solicitud al Banco de Irlanda.
Finlandia, Portugal y Luxemburgo
Por su parte, en Finlandia, donde no se canjea la antigua moneda por euros desde 2012, los ciudadanos conservan 273 millones de euros en marcos, mientras que los portugueses aún tienen unos 280,5 millones de euros en escudos, que podrán cambiar hasta 2022 en el caso de los billetes.
Entre los primeros países en poner en circulación el euro en 2002, en Luxemburgo apenas quedan unos 5 millones de euros en francos luxemburgueses, que aún pueden canjearse por euros, mientras que en Grecia, donde el periodo de canje de los billetes de dracma terminó en marzo de 2012 (en 2004 en el caso de las monedas) "más del 99% de los billetes fue retirado de la circulación", por lo que el Banco de Grecia estima que el dinero en dracmas sin cambiar supone una cantidad insignificante.
En el caso de Eslovenia, que adoptó el euro en 2007, los ciudadanos aún conservan 41 millones de euros en tólares, incluyendo 32 millones en billetes que aún pueden canjearse y otros 9 millones en monedas, mientras que Malta y Chipre, países que se incorporaron a la zona euro un año después, los ciudadanos conservan 36,4 millones de euros y 102,5 millones respectivamente en sus monedas anteriores al euro, que en el caso chipriota no pueden canjearse desde 2017 y desde 2018 en el maltés.
En Eslovaquia, país que adoptó el euro en 2009, los ciudadanos aún guardan 71,7 millones de euros en coronas, canjeables por la moneda común por un periodo indefinido, mientras que en Estonia, incorporada a la eurozona en 2011, quedan unos 44,9 millones de euros en coronas del país sin que el Banco de Estonia haya fijado una fecha límite para su canje, lo mismo que sucede en el caso de Letonia, en el euro desde 2014, donde los ciudadanos mantienen 125 millones de euros en lats, así como en el de Lituania, último país en incorporarse a la zona euro (2015), donde aún no se han canjeado 127 millones de euros en litas.
Desde el Banco Central Europeo (BCE), el vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, expresaba a principios de año su confianza en que todos los países de la Unión Europea, con la excepción de Dinamarca y del Reino Unido, acabarán adoptando el euro, señalando que la incorporación de nuevos miembros a la eurozona "es una cuestión de tiempo".
De este modo, el vicepresidente del BCE señaló el caso de Bulgaria, que ha iniciado el camino hacia su futura incorporación al euro, que Sofía confía en adoptar en enero de 2022, convirtiéndose así en el vigésimo miembro de la zona euro, según la hoja de ruta del Gobierno del país balcánico, cuya economía deberá permanecer este año y el siguiente dentro del Mecanismo Europeo de Cambio, un requisito obligatorio que se debe cumplir durante dos años antes de entrar en el euro, mientras que los trabajos preparatorios de cara a la incorporación de Bulgaria a la eurozona podrían llevar otro año.