Las pensiones están en el centro del debate, pero el panorama que dibuja Fedea es realmente desolador: ni el empleo, ni la mejora de los salarios, ni los impuestos, ni la subida de las cotizaciones sociales evitarán que las pensiones caigan en el futuro. Y lo que es peor, las pensiones seguirían cayendo aunque las cuatro medidas se hagan de forma conjunta.
La afirmación de Fedea es dura porque éstas son las recetas en las que están trabajando el Gobierno, los agentes económicos y sociales y los partidos para solucionar el problema de las pensiones. Pero la fundación cree que se necesitarán tantos recursos en el futuro que todas estas medidas se quedan cortas, incluso aunque se planteen de forma simultánea.
¿Por qué van a caer sí o sí las pensiones? Por la reforma del Partido Popular. El índice de revalorización que sustituyó al IPC implica la "cuasi-congelación" de las prestaciones por un largo periodo de tiempo. Y el factor de sostenibilidad, la otra gran pata de la reforma que entrará en vigor en 2019, hará que inevitablemente baje la tasa de sustitución de las prestaciones, que en ocasiones ha llegado incluso al 90%.
De hecho, Fedea asegura que si se quiere evitar la "ineficiente y políticamente inestable" cuasi-congelación de las pensiones, el desfase entre ingresos y gastos en el escenario demográfico más optimista y una vez alcanzado el pleno empleo, sería de 7,4 puntos de PIB. Es decir, unos 80.000 millones de euros, una cantidad totalmente inasumible para el sistema e imposible de financiar a través de estas medidas.
Las pensiones bajarán sí o sí
Por eso, la Fundación propone dejar de lado el debate actual, que se centra en "soluciones irreales o incoherentes", y sugiere que la discusión se centre en cuál debe ser la forma más eficiente y justa de restaurar la sostenibilidad financiera admitiendo que es inevitable que las pensiones bajen. De hecho, hay que centrarse en hacer que no caigan mucho.
Para ellos, además de alcanzar los objetivos que resultan más obvios, como el pleno empleo, menos precariedad laboral, más fecundidad, más educación y más ingresos, hay que pensar en transformar el sistema en uno de cuentas nocionales de contribución definida. Otros organismos como el BBVA también defienden esta opción.
Propone un sistema de cuentas nocionales, en el que la pensión se calcula en función de lo aportado a lo largo de toda la vida laboral.
En estas cuentas individuales se registra todo lo que el trabajador cotiza a lo largo de toda su vida laboral. Y la pensión se calcula en función de lo aportado a lo largo de esos años y con ciertas reglas que tienen en cuenta la esperanza de vida en el momento de la jubilación e incluso de algunas variables económicas relevantes para la sostenibilidad del sistema, como la ratio entre cotizantes y jubilados o el crecimiento del PIB.
Según Fedea, este sistema calcularía la pensión de una forma más "sencilla y transparente". Además, está en línea con lo que han hecho otros países como Suecia o Italia, reforzaría la contributividad teniendo en cuenta toda la vida laboral y no exigiría una edad concreta de jubilación. Cada trabajador elegiría cuando dejar de trabajar, asumiendo que cuanto antes lo haga, menos pensión percibirá.
Una oportunidad
El modelo modelo incorpora, además, instrumentos de ajuste automático del gasto en pensiones frente a cambios demográficos y económicos, proporciona incentivos para aumentar la oferta de trabajo, permite una jubilación flexible plenamente compatible con el pleno empleo, y reestablece el equilibrio actuarial entre contribuciones realizadas y pensiones recibidas.
La Fundación avisa de que los problemas de sostenibilidad financiera y suficiencia de las pensiones no harán más que agravarse, aunque transitoriamente se encuentren los recursos necesarios para cubrir el déficit de la Seguridad Social. Y el sistema de cuentas nocionales es una verdadera oportunidad para resolver de forma estructural la sostenibilidad del sistema.