Ahora cuando más resuenan los temores a que el mundo vuelva enfrentarse a una nueva crisis económica, pasados diez años de la anterior, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha actualizado el método que utiliza para poder predecir cuándo tendrá el lugar el próximo impacto en la economía.
Según explica en su propia página web el organismo que dirige Christine Lagarde, el nuevo sistema combina dos formas de análisis: por un lado va de lo particular a lo general (evalúa las vulnerabilidades de las empresas financieras y los mercados, así como los prestatarios de empresas, hogares y gobiernos) y, por otro, no sólo tiene en cuenta la previsión de crecimiento de PIB de cada país sino que incorpora todos los elementos de riesgo que pueden impedir que ese pronóstico se cumpla.
Este nuevo método en dos partes, que el FMI considera complementarias, "mejora la transparencia y facilita el camino hacia una mejor comunicación entre los reguladores financieros, los bancos centrales y, en última instancia, la formulación de políticas", explica este organismo, que reconoce que si hubiera utilizado esta fórmula en 2008 habría sido capaz de detectar vulnerabilidades y avisar a los políticos de que, si no las abordaban, se produciría una grave crisis financiera.
Cómo funciona
El FMI hace públicos los resultados de la aplicación de este método dos veces al año y por el momento no se pronuncia sobre si el sistema está prediciendo en la actualidad la llegada de un nuevo shock económico.
La primera parte del nuevo método que utiliza el FMI consiste en detectar cuándo se está produciendo una toma de riesgos demasiado alta -en un sector o país- ya que eso desemboca en vulnerabilidades financieras como elevado endeudamiento, por ejemplo, y éstas a su vez amplifican los posibles impactos y reducen el crecimiento económico.
La segunda parte, donde se encuentra la verdadera novedad, funciona a la inversa, de arriba abajo, y trata de medir los riesgos que están relacionados con las condiciones financieras que pueden afectar a la baja al crecimiento previsto para el PIB.
Crecen los riesgos desde septiembre de 2018
El FMI reconoce que estos riesgos "han sido mayores en los últimos trimestres que en el tercer trimestre de 2018". Esto se produce incluso aunque las condiciones financieras sean flexibles (entorno de tipos de interés bajos), porque aunque "aumentan el crecimiento y reducen la volatilidad a corto plazo, aumentan la volatilidad a medio plazo porque las vulnerabilidades se acumulan". "Es la paradoja de la volatilidad", comentan.
Aún así, confiesa que hoy en día "sigue siendo difícil pronosticar la inestabilidad financiera", pero afirma que "está avanzando para mejorar la comprensión de las relaciones entre el sector financiero y la economía, y ahora se entiende mejor cómo las vulnerabilidades financieras pueden amplificar los shocks negativos y dañar la producción y el empleo".