La mayoría de los inversores esperaban mucho más de las palabras de Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, en la rueda de prensa posterior a la reunión de política monetaria del pasado jueves. Y no tardaron en producirse las ventas en todas las bolsas europeas, compensadas en cierta manera con las subidas de ayer por los buenos datos de empleo en Estados Unidos y el índice ISM de servicios. La reacción de los inversores era de esperar en un momento en el que preferirían más concreción de la autoridad monetaria europea.
Pero el discurso de Draghi también era igualmente previsible, teniendo en cuenta que prefiere no adelantar acontecimientos hasta ver cómo evoluciona la segunda ronda de las famosas LTRO o condiciones de financiación bancaria a largo plazo, pese a que su estreno no fue todo lo abultado que se esperaba, puesto que de los 150.000 millones previstos por el mercado solo se alcanzaron 82.600 millones de euros. Además, la falta de concreción sobre el volumen de deuda que el BCE está dispuesto finalmente a asumir enroca aún más a los inversores.
A pesar de las buenas palabras de Draghi y los delicados equilibrios que la institución que preside se ve obligada a realizar para no introducir más tensión en los mercados, lo cierto es que los inversores ven falta de concreción, en un entorno de estancamiento de la economía europea.
El propio presidente del BCE ha alertado de la falta de reformas que acompañen las medidas del banco central. “Este escenario supone a su vez un nuevo aviso a los políticos y una nueva fórmula de presión para demandar nuevas reformas estructurales que ayuden a potenciar el crecimiento y así evitar la posibilidad de entrar de nuevo en un periodo de recesión económica”, subraya Ricardo Cañete, director de renta variable de Mutuactivos, la gestora de fondos de inversión y planes de pensiones de Mutua Madrileña.
Esta doble presión, del BCE a los gobiernos y de los inversores al BCE, con unos datos macroeconómicos que indican una recuperación todavía muy frágil, puede distorsionar a juicio de Cañete una realidad más positiva a largo plazo. “Es cierto que se han visto datos adelantados peores, pero también hemos visto el resultado del referéndum en Escocia, la depreciación del euro (un 8% contra el dólar), las medidas del BCE para comprar ABS, la posibilidad de que también compren otros tipos de bonos y el TLTRO. Realmente ¿ha sorprendido la desaceleración al BCE? Parece que no, dado el cúmulo de medidas que han tomado, y cómo está presionando a los gobiernos para que aceleren las medidas estructurales”, destaca.
En este contexto de devolver la pelota al tejado del contrario y en un escenario de incertidumbre en los mercados, el responsable de renta variable de Mutuactivos estima que “las valoraciones en las bolsas son razonables y hay ideas muy claras para posicionarse”. A modo de ejemplo, menciona el sector de telecomunicaciones, inmerso en un claro proceso de consolidación, y el sector financiero.
“Hay buenas oportunidades en los mercados, pero hay que saber encontrarlas. Todavía identificamos suficientes valores atractivos como para pensar en una corrección severa. Con una elevada probabilidad los mercados acabarán el año por encima de los niveles actuales o por lo menos lo harán nuestros fondos, como Mutuafondo España, ya que la convicción en las principales ideas de inversión es muy elevada. No descartamos ver el Ibex en el entorno de los 11.500-11.800 puntos antes de final de año y el Euro stoxx-50, por encima de 3.400 puntos”, subraya Cañete.