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Las gestoras se debaten entre la esperanza de Macron y el temor a la debilidad de Italia

Las elecciones legislativas del próximo mes de junio en Francia serán decisivas para conocer el alcance de las medidas que podrá implantar el nuevo presidente galo.

  • La victoria de Macron era la más descontada por los inversores.

La victoria de Emmanuel Macron como presidente de Francia ha servido para relajar a los inversores, al menos hasta la celebración de las elecciones legislativas de junio. Será entonces cuando se podrá comprobar si el nuevo líder podrá obtener una mayoría suficiente en el parlamento galo capaz de aplicar su programa de reformas o, en su defecto, qué capacidad de negociación podrá desplegar para ejecutarlo en alianza de republicanos y/o socialistas.

El triunfo de Macron ha servido, sobre todo, para alejar el fantasma de ruptura del proyecto que significa la Unión Europea, en plena negociación del Brexit, y coloca un importante cortafuegos a la ola de populismo que ha rodeado el Viejo Continente en los últimos años, una razón que destacan muchas firmas más allá de lo que pueda realizar finalmente en su propio país.

Pero aunque su victoria era esperada, en línea con lo que anticipaban las encuestas, las gestoras internacionales se muestran cautas respecto a los comicios de junio, de los que dependerá en gran medida si Francia podrá aprovechar el talante de un presidente reformista para llevar a cabo medidas dinamizadoras de la economía, en un momento en que Europa muestra señales claras de recuperación.

"Estas elecciones constituyen un punto de inflexión, un verdadero catalizador, que podría hacer de Europa, en el corto plazo, un lugar más atractivo para invertir. Europa sigue enfrentándose a retos y el resultado de estas elecciones no va a solucionar todos los problemas, pero las valoraciones están muy bajas en muchos casos y se ha evitado un importante cambio político y económico", señala Andrew Suzman, gestor de renta variable de Capital Group.

Para los analistas de Lombard Odier, "aunque la capacidad del presidente Macron para gobernar es incierta y dependerá de las elecciones legislativas, por ahora el resultado de los comicios presidenciales ha reducido claramente el riesgo existencial, dejando a los inversores lidiar con el riesgo mucho más manejable de una posible disfunción interna de la política en Francia a partir de ahora".

La presidencia de Macron debería allanar el camino para que el BCE empiece a retirar su programa de compra de activos más adentrado el año y, en general, para endurecer su política monetaria"

Las medidas que ha prometido llevar a cabo el candidato de En marcha! están relacionadas con una mayor flexibilidad para el mercado laboral y una reducción de los impuestos para las empresas, medidas que podrían provocar el descontento en la calle, sobre todo cuando una gran parte del electorado ha votado en contra de Le Penn, pero no demasiado convencido de la idoneidad de dichas propuestas. De ahí que la elección del primer ministro y la formación del gabinete puedan dar pistas de las intenciones de Macron de llegar a acuerdos con el resto de partidos, una vez que pasen las legislativas del próximo mes de junio.

"Es muy pronto para aventurar cuáles serán los efectos concretos en un momento en el que el optimismo y los indicadores adelantados ya se mueven en niveles elevados", subraya Vincent Durel, responsable del Fidelity Funds France Fund. Según Stephen Mitchell, jefe de estrategia de renta variable global de Jupiter Asset Management, la discusión sobre la liberalización de sectores clave será uno de los temas centrales de cara a las próximas elecciones legislativas, con un electorado más propenso a escuchar sobre temas económicos que de identidad nacional o inmigración.

Pero si Macron sale fortalecido del envite en junio, la economía europea mantiene su nivel de recuperación y los inversores se fijan más detenidamente en los fundamentales de las compañías, "la presidencia de Macron debería allanar el camino para que el Banco Central Europeo empiece a retirar su programa de compra de activos más adentrado el año y, en general, para endurecer su política monetaria", explican en la firma Brandywine Global, filial de Legg Mason.

"En los próximos meses deberíamos asistir a notables movimientos en los mercados financieros, incluso aunque el efecto inmediato de la victoria de Macron debería ser limitado", advierte Adrien Pichoud, economista jefe de SYZ Asset Management. "El euro parece abocado a apreciarse, sobre todo frente al dólar, si la Reserva Federal norteamericana se ve obligada a revisar a la baja sus aspiraciones ante una economía menos dinámica de lo previsto. La perspectiva de una retirada progresiva del programa de flexibilización cuantitativa del BCE en vista de un crecimiento económico positivo debería impulsar los tipos de interés a largo plazo en Europa".

Italia, en el punto de mira

Pero sin suficiente crecimiento ni inflación, "habrá que acostumbrarse a un nivel de endeudamiento importante que solo unos bajos tipos de interés pueden aliviar", subraya Bruno Colmant, director de análisis macro de Bank Degroof Petercam. "Estos bajos tipos de interés serán impuestos por los estados a través de una canalización más o menos coercitiva del ahorro hacia la suscripción de deuda pública a través de los balances de bancos y aseguradoras. Pero en los países más frágiles, como Italia o Portugal, la deuda pública constituirá en un determinado momento tal problema que es probable que se produzca una reestructuración".

Esta preocupación por Italia es patente también en otras gestoras, porque como señalan los analistas de Vontobel, el país transalpino "padece un estancamiento económico y un desempleo endémico. Como Francia, hasta la fecha no ha logrado reformar decisivamente su economía y el escenario político ha sido testigo de la irrupción de un gran partido anti establishment, el Movimento 5 Estrellas".

"El riesgo político de Italia y su frágil sistema bancario podrían convertirse en las nuevas preocupaciones de los inversores", apuntan en BlackRock, firma que teme que una eventual normalización de la política monetaria del BCE deje al descubierto la ausencia de una unión fiscal y bancaria capaz de sostener a largo plazo la unión monetaria del club comunitario.

 

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