Ya hay 21 nuevas sicavs, como puede verse en la tabla adjunta, con datos tomados a mediados de la semana pasada, es decir, mediados de febrero. Una cifra que, proyectada a 12 meses, daría una creación de sicavs en el año superior a las 150. Este dato es impactante, especialmente en estos tiempos de crisis y destrucción de empleo. El pasado año ya tuvo lugar un fuerte crecimiento de estas sociedades de inversión para altos patrimonios, debido en gran medida a la amnistía fiscal. Ahora, este crecimiento sigue a igual ritmo, o mayor. ¿Cuál es el motivo?
Fuentes de la banca privada lo identifican con el final de los extratipos bancarios. Mucho dinero ha estado estos años cómodamente instalado en depósitos y ahora que la remuneración del pasivo está por debajo del 1%, los grandes capitales buscan otras vías alternativas.
Por un lado, la sicav permite acceder a tipos algo más altos en los depósitos, ya que la alta remuneración está vetada para particulares, pero no para sujetos jurídicos, como un fondo de inversión o una sociedad de inversión. La sicav, como inversor institucional, puede acceder a rentabilidades más altas en las cuentas que un inversor físico.
Por otro lado, la sociedad de inversión puede paliar esta caída de rendimientos en los depósitos, ya que puede comprar otros activos, como Letras, bonos corporativos, etcétera.
En cualquier caso, en el pasado ejercicio se registraron cerca de 70 sicavs, aunque se disolvieron más de 30. El saldo neto arrojó unas 35. Pero lo cierto es que la cifra sigue creciendo. Mientras las gestoras se afanan en reducir el número de fondos de inversión, fusionando muchos y liquidando otros, la cifra de sicavs ‘vivas’ supera con claridad las 3.000.
Bankinter sigue siendo la gestora que más capta con diferencia, ya que la entidad que preside Pedro Guerrero la considera estratégica. Le siguen a distancia Credit Suisse y BBVA, firmas que también tienen un gran peso en la banca privada española.
Las fuentes consultadas indican que “la sicav sigue estando de moda”, pero que este dinero que acude a dicho instrumento de inversión no procede ya de la amnistía fiscal. Las entidades internacionales tienen ya a casi toda su clientela española regularizada y están invitando a dejar sus filas a quien no lo ha hecho. Este capital llega de inversores conservadores que buscan otras palancas de rentabilidad.
La sicav paga la misma fiscalidad que un fondo de inversión: el inversor está sujeto al régimen de incremento de patrimonio y la sicav en cuestión abona un 1% anual en concepto de impuesto de sociedades.
