Natixis Global Asset Management, el brazo de gestión de activos del grupo financiero francés Natixis, cumple en 2017 seis años en España con la sensación de estar cubriendo una necesidad creciente del inversor español, como es facilitarle una gama de productos diversificada por tipo de activos, en un momento en que incluso la tradicional exposición a renta fija, según Sophie del Campo, directora general de Natixis GAM Iberia y Latinoamérica, requiere también de una gestión activa. Gestión activa que la firma defiende a capa y espada, cuando todas las grandes gestoras internacionales están metiendo la cabeza en los fondos cotizados o ETF.
De hecho, a pesar del crecimiento imparable experimentado por la gestión pasiva, Del Campo explica que la gestora francesa "quiere ser la primera plataforma de gestores activos en el mundo". “Llama la atención lo poco que se comenta sobre los riesgos subyacentes de la gestión pasiva, especialmente de cara a los inversores particulares, que solo se fijan en el tema de las comisiones, pero no se dan cuenta de qué significa la gestión pasiva del riesgo, uno de los temas fundamentales de la gestión activa, donde las firmas profesionales aportamos valor, al controlar el riesgo de las carteras", apunta.
"Hay que luchar contra muchas ideas falsas de la gestión pasiva, como el tema de las comisiones, porque la gran mayoría de los gestores activos solamente cobran más si consiguen batir a sus índices de referencia, algo que la gestión pasiva, por definición, no puede conseguir porque siempre tendrá un coste de manejo, aunque sea del 0,10%, que la situará por debajo de los índices", subraya Del Campo, para quien justamente en entornos volátiles es cuando adquiere más sentido la gestión activa. "Estamos todavía con el boom de los ETF pero los inversores institucionales están siendo cada vez más conscientes de la importancia de incrementar el peso de la gestión activa en las carteras. Hay que luchar contra esta idea extendida de que la gestión pasiva aporta más valor que la gestión acttiva", reitera la responsable de Natixis GAM en España.
Natixis GAM es en realidad una firma multiboutique, que agrupa a 25 gestoras especializadas en diferentes tipos de activos y estrategias, en las que Natixis tiene el control accionarial. Durante los últimos años se han incorporado cinco gestoras, entre las que se encuentra DNCA. Esta apuesta por la gestión activa se traduce en llevar a cada mercado donde está presente la gestora francesa las propuestas que, a su juicio, tienen más sentido para los inversores locales. "Lo más importante de estos años ha sido no solo el crecimiento sostenible que hemos alcanzado en España sino la diversificación que hemos propuesto a los clientes, por productos y gestoras asociadas" sostiene Del Campo, para quien la "filosofía de largo plazo" de su grupo es una ayuda a la hora de "construir carteras más sólidas".
Llama la atención, cuando hablamos a nivel internacional y en nuestro propio grupo, lo poco importante que es el sistema de pensiones de las compañías españolas, casi inexistente, cuando en el resto de países es mucho más potente”.
El servicio de análisis de carteras con que cuenta Natixis GAM es un apoyo importante a la hora de afianzar esta relación con sus clientes, asegura Del Campo, sobre todo a la hora de analizar el riesgo latente de las carteras. Y significa una oportunidad para que los inversores puedan incrementar el peso de la renta variable, en un momento en el que los activos más conservadores ya no podrán proporcionar los rendimientos de antes. "El principal reto ahora en España es justamente que gran parte de las carteras de los inversores estaban en renta fija española, algo que tenía mucho sentido hasta hace muy poco, pero ya no", sostiene Del Campo.
El reto de MiFID II
Este cambio de mentalidad de los inversores se produce en un nuevo contexto de actuación para las gestoras internacionales, con la entrada de vigor de la nueva directiva europea MiFID II a partir del próximo año. La normativa se está empezando a transponer en cada país miembro de la Unión Europea de distinta forma, para amoldarse a los distintos mercados de distribución que existen en cada país. En Reino Unido y Holanda, la norma ha adquirido su forma más restrictiva, al prohibir totalmente las retrocesiones, por ejemplo, una circunstancia que en España se ha solventado de otra manera más laxa. En cualquier caso, "el mayor reto para las gestoras internacionales es entender la aplicación de MiFID en cada uno de los mercados donde estamos", asegura Del Campo.
"El problema es que hoy en día no existe una armonización absoluta y el reto para las firmas con una fuerte presencia en Europa es identificar cuáles son las distintas reglas locales para intentar homogeneizar todas estas interpretaciones. La CNMV, por ejemplo, ha sido muy clara sobre la idea de aplicar la clase más barata de cada fondo para los clientes, pero nos queda por definir muy bien el uso de cada clase de acción", subraya.
Del Campo cree que el formato fondo de fondos, utilizado por las entidades financieras españolas como carcasa para distribuir los fondos de gestoras internacionales, seguirá siendo una tendencia para los próximos años porque "es muy transparente en cuanto a comisiones, ya que al final se aplica la clase institucional. Y si hay alguna posibilidad de retrocesión, siempre va al fondo y el cliente final se beneficia de ello. Es un producto muy limpio de cara a MiFID". Los modelos híbridos de distribución o la gestión de carteras discrecionales son los que, a juicio de Del Campo, pueden salir más perjudicados con la nueva directiva.
Complementar las pensiones
Otro de los retos que tiene España por delante, según la responsable de Natixis GAM España, se encuentra en el tema de las pensiones y la necesidad de complementar el sistema público de una forma adecuada. "Con la actual evolución demográfica, ningún sistema público será apto, por lo que es urgente promover los sistemas de pensiones privados, aunque sean promovidos por las propias empresas. Llama la atención, cuando hablamos a nivel internacional y en nuestro propio grupo, lo poco importante que es el sistema de pensiones de las compañías españolas, casi inexistente, cuando en el resto de países es mucho más potente", advierte Del Campo.
La limitación de comisiones de los planes de pensiones, que cuentan con un tope máximo, es "absurdo", según Del Campo, porque "no existe en ningún país" y "limita el uso de gestoras expertas en algunos temas". "Si la idea era buena sobre el papel, la contrapartida es que ahora se gestiona más localmente, cuando podrías utilizar firmas internacionales mejores que tú en algunos activos a los que las firmas españolas no llegan", sostiene la responsable de Natixis GAM en España.
América Latina
La gestora francesa también quiere abrir un hueco importante en América Latina, una región muy heterogénea en la que quieren seguir primando la relación a largo plazo con sus clientes antes que la venta de fondos de moda. "La última oficina la hemos abierto en Colombia, desde donde también damos servicio a Perú y Panamá, un mercado con potencial de crecimiento sobre todo en la parte de distribución y donde es importante ser socio de determinados grupos financiero por su fuerte presencia regional", afirma Del Campo.
Uruguay, que agrupa al mercado chileno, y México son los otros dos países donde Natixis GAM quiere crecer en los próximos años. Fieles a su filosofía de largo plazo, en el mercado chileno han preferido centrarse en la distribución de fondos y dejar a un lado los planes de pensiones, que cuentan con un gran volumen de inversión pero que eligen fondos best-seller antes que productos de valor añadido. En el país norteamericano, por el contrario, la opción han sido justamente los grandes fondos de pensiones públicos, que se encuentran en un proceso inicial de diversificación de sus carteras, y otros grandes clientes institucionales.