El secreto a voces de que la Comisión Europea tumbaría el proyecto de fusión entre la división ferroviaria de Siemens y Alstom se confirmó este miércoles. Las principales reacciones de decepción llegaron desde las compañías y los gobiernos de los países donde se encuentran sus matrices, Alemania y Francia, respectivamente, que apoyaron desde el primero momento la operación. Pero no fueron los únicos perjudicados. Las compañías del sector se preparaban para el asalto a los activos que quedaran fuera de la fusión. Entre ellas, se encontraba la española CAF.
En concreto, los activos relacionados con el área de señalización han estado habitualmente señalados como posibles protagonistas de una operación, concebida como una forma de crear un campeón europeo capaz de competir con el líder mundial del mercado, el grupo chino CRRC, cuyo avance es considerado como una amenaza para el sector en Europa.
Toda vez que esa amenaza es menos latente en lo referente al área de señalización, ésta era la baza que Siemens y Alstom jugarían ante la Comisión Europea para sortear un posible bloqueo a la operación por razones de competencia. Los planes de las empresas pasaban por deshacerse de parte de estos activos, que podrían ser incluidos en una nueva sociedad para después proceder a su venta.
Esa posible derivada de la fusión había despertado el interés de algunas compañías, interesadas en pescar en el río revuelto de la fusión. Entre ellas destacaban los nombres de la francesa Thales y de la española CAF, que cuenta con una notable división en el área de señalización.
Castigo bursátil
Cuando Siemens y Alstom anunciaron su acuerdo para fusionarse, algunos de los fabricantes europeos aseguraron que, lejos de preocuparles, la operación podría suponer una oportunidad para el sector en el Viejo Continente. Así se expresó también en su día el presidente de CAF, Andrés Arizcorreta.
El anuncio de la decisión de la Comisión Europea de no aprobar la fusión tuvo incluso consecuencias para la cotización de la compañía con sede en Beasain. Antes de la comunicación, las acciones de CAF mostraban avances en torno al punto y medio porcentual, alentadas por el anuncio de la consecución de varios contratos, tanto en España como en el exterior. Tras el veredicto de Bruselas, el valor se dio la vuelta y pasó a terreno negativo, en el que concluyó la jornada.
CAF llegó a caer un 3% por debajo de sus máximos intradía, aunque posteriormente moderó el tono negativo y logró llegar al final de la sesión con pérdidas del 0,5%.
El sector sigue atento
El Ejecutivo comunitario no consideró suficiente la disposición de las empresas de deshacerse de activos de señalización y estimó que la fusión entre la división ferroviaria de Siemens y Alstom atentaba contra los principios de competencia de la Unión Europea. Bruselas rechazó los argumentos de las empresas sobre la necesidad de crear un campeón europeo para hacer frente a la competencia que llega desde Asia al considerar que los fabricantes de países como China tardarán aún bastante tiempo en alcanzar los estándares europeos.
No obstante, los fabricantes seguirán pendientes de este proceso ante la posibilidad de que germanos y franceses vuelvan a la carga y consideren la venta de activos.