Los países afrontan las subidas de tipos del Banco Central Europeo con la vista puesta en la deuda soberana, especialmente en los más vulnerables como España. El gasto del Estado en intereses de la deuda en términos de Contabilidad Nacional se disparó un 17% entre enero y julio, elevando la factura en 2.311 millones respecto al año anterior, según refleja el último informe de ejecución presupuestaria de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).
En concreto, el gasto público acumulado en intereses de la deuda hasta el 31 de julio asciende a 15.810 millones de euros, frente a los 13.449 millones en el mismo periodo de 2021. Sólo en el mes de julio, el crecimiento anual del coste de los intereses fue del 24%, frente al 5% de junio. En ese mes ya se conocía la primera subida de tipos del BCE de 50 puntos básicos, y si bien no entró en vigor hasta el 27 de julio, el mercado ya la descontaba desde hacía meses.
En concreto, Christine Lagarde llevaba desde marzo mandando señales a los analistas de una próxima subida de tipos para poner freno a la inflación. De hecho, en el mes de mayo, ante los tambores de una inminente subida, el gasto del Estado en intereses de la deuda se disparó un 48% en términos de Contabilidad Nacional, pasando de un coste de 2.275 millones en 2021 a 3.369 millones este año, según los informes de la IGAE.
El Banco Central Europeo ordenó el pasado 8 de septiembre otra subida de 0,75 puntos que se sumó a la de 0,50 de julio, con lo que el precio del dinero en la Eurozona queda establecido en el 1,25%, anticipando una subida aún más agresiva del gasto en intereses que afronta el Estado. El rendimiento del bono español a 10 años se ha incrementado en 2,34 puntos. Comenzó el 2022 en el 0,59% y este viernes cerró en el 2,93%.
La inflación tampoco ayuda. El Estado cuenta en su balance con una cartera de 73.859 millones de euros de bonos ligados a la inflación europea, lo que supone un 5,5% del total de la deuda en circulación, que vencerá, previsiblemente mucho más cara de lo que se tenía en mente y costará unos 2.000 millones más.
En 2021 se produjo el segundo vencimiento de una Obligación del Estado ligada a la inflación europea por un importe de 6.746 millones de euros, cuando la inflación de Europa cerró en el 5%, por lo que esta cartera ya se encareció el pasado año y lo mismo ocurrirá al terminar ese ejercicio.
No obstante, hay que destacar que el Tesoro se ha preparado en los últimos años para la normalización de la política monetaria. Se han reducido los riesgos de refinanciación, a través del alargamiento de la vida medida de la cartera, que ya es superior a los 8,15 años, lo que quiere decir que anualmente se refinancia solo alrededor del 15% de la cartera de deuda, unos 162.500 millones de euros. Además, el peso de los intereses sobre el PIB se sigue manteniendo en torno al 2,1%, tal y como señalan fuentes del Ministerio de Economía.