El Gobierno dejará de estar en funciones temporalmente el viernes que viene para aprobar un decreto que permita poner en marcha uno de las grandes medidas que prometió Luis de Guindos a Bruselas para evitar la famosa multa por el déficit: la recuperación del mínimo obligatorio en los pagos fraccionados del Impuesto de Sociedades para elevar la recaudación en 6.000 millones. El nuevo tipo no superará el 25% y afectará a las empresas que que facturan más de 20 millones de euros. Según los cálculos del Ministerio, unas 4.500 empresas se verán afectadas por esta medida.
Fuentes de este departamento han confirmado a Vozpópuli que la medida, previsiblemente, se aprobará el próximo viernes 30 de septiembre para que se pueda aplicar ya en el pago de octubre y diciembre. El mismo sistema aplicable en 2016 valdría también para 2017, con el mismo objetivo de recaudación.
Para entender bien el cambio que se va a hacer primero hay que tener en cuenta cómo pagan las empresas en España. Las personas físicas pagan mes a mes el IRPF y hacen después la declaración de la renta para ver si han pagado más o menos de lo que les correspondía. Las empresas, en cambio, hacen tres pagos fraccionados (abril, octubre y diciembre) y al año siguiente hacen una liquidación. De esta forma, adelantan parte de lo que tienen que pagar por todo un ejercicio. Y lo hacen en función de la cuota del año anterior o la base imponible de los tres, nueve u once primeros meses. Son las propias empresas las que eligen cómo hacer sus pagos.
El Gobierno reconoce que Sociedades solo recaudará 12.000 millones este año, la mitad de lo previsto
¿Qué quiere hacer el Gobierno? Fijar un mínimo obligatorio a las grandes empresas en cada uno de estos tres pagos. No es una medida nueva, ya se aplicó en 2012, 2013, 2014 y 2015. Precisamente su supresión es la que está provocando un gran agujero en este impuesto. Tal y como publicó Vozpópuli, el Gobierno reconoce ya que solo va a recaudar 12.000 millones por este tributo, la mitad de los casi 25.000 millones que planteó Cristóbal Montoro cuando elaboró los Presupuestos de 2016.
Por eso, lo que va a hacer Hacienda es pedir una especie de adelanto a las empresas de lo que tienen que acabar pagando al Fisco antes o después. Se podría decir que lo que hace el Gobierno es pedir a las empresas que le adelanten dinero para poder dedicarlo a la reducción del déficit y obtener el visto bueno de Bruselas. Eso sí, si la medida se prolonga año a año, se puede convertir en una subida fiscal.