En España, en el año 2022 se trabajaron un total de 26,27 millones de horas extraordinarias, de las cuales, 11,76 millones no se pagaron. Representan el 44,76% de todas las trabajadas, pero la economía española tiene, entre otras muchas más, estas singularidades. Las restantes, 14,5 millones de horas, el 55,23%, sí fueron remuneradas, como corresponde a una economía de mercado moderna.
En los seis primeros meses de este año, se han trabajado 12,15 millones de horas extraordinarias, de acuerdo con las cifras publicadas por la última Encuesta de Población Activa que elabora el Instituto Nacional de Estadística. Son un 8,5% menos que en el mismo periodo de 2022, cuando se trabajaron cerca de 13,3 millones de horas.
Los sectores más propensos para la realización de horas extraordinarias fuera de la tradicional jornada laboral son la industria manufacturera, las actividades sanitarias y de servicios sociales y el comercio al por mayor y minorista, incluidas las reparaciones de vehículos de motor y motocicletas, de entre la veintena de actividades en que el INE distribuye sus datos. La percepción social de que la hostelería, representada por hoteles, bares, cafeterías y restaurantes es un foco de trabajo menos controlado por la inspección de Trabajo ha chocado con la realidad de los datos.
La industria manufacturera ha copado el 14,37% de los poco más de seis millones de horas extraordinarias que se han trabajado entre los meses de abril y junio. Le ha seguido la Administración Pública, Defensa y Seguridad Social, con el 13,24% de las horas de más, y el comercio mayorista y minorista, con el 10,16%. La hostelería aparece en el cuarto lugar de este ranking, con el 8,68% de las horas, por delante de el transporte y el almacenamiento, con el 7,79%.
En la primera mitad del año, el número de horas extraordinarias no pagadas ha ascendido a 5,535 millones, un 13,11% menos que en el mismo periodo de 2022. Este descenso se ha dejado notar en el porcentaje: si entre enero y junio de 2022, el 46,38% de las horas no tenían la retribución correspondiente, en 2023 la proporción se ha reducido al 44,05%, aunque sigue siendo elevadísima.
En el segundo trimestre del año (los datos recientemente publicados por el INE), había registrados en la EPA 17.853.700 asalariados, de los que 16.973.000 no hicieron horas extras (el 95% del total) y 880.800, sí (el 4,93%). De este último datos, el 51,9% percibieron una retribución por este trabajado extraordinario y el 41,61%, no. Un 6,47% de las respuestas de la EPA declararon haber hecho horas extras tanto pagadas como no pagadas.
Las centrales sindicales mayoritarias siempre han sido muy críticas con las horas extraordinarias. Ya en el año 2012, tanto CC OO como UGT advirtieron del peligro de las horas extras en los empleos a tiempo parcial, ante la posibilidad de que, entonces, se pudieran incluir las horas fuera de la jornada laboral en el contrato, lo que supondría una amnistía encubierta para la economía irregular.
"Degradación" del mercado laboral
En 2016, los entonces secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, aseguraron que el incremento de las horas extraordinarias no pagadas que se venía registrando en la economía española confirmaba la “degradación que se estaba produciendo en el mercado laboral desde la reforma laboral del año 2012”.
Entre los años 2012 y 2015, los peores tras la crisis financiera internacional desatada después de la quiebra de Lehman Brothers, el porcentaje de horas extraordinarias que no eran pagadas por los empresarios sobre el total de las realizadas se situó entre el 58,09% de 2015 y el 54,5% de 2014.
La realización de horas extraordinarias tanto pagadas como no pagadas no hace distinción entre géneros. En el periodo abril-junio de este año, el 57,23% de las horas extraordinarias realizadas fueron retribuidas y el 42,76%, no. En el caso de los hombres, el porcentaje que fue pagado se situó algo por debajo de la media (el 42,1%) y en el de las mujeres, un punto porcentual por encima: 43,97%.
Aunque podría pensarse que las horas extraordinarias se concentran en la población trabajadora más joven que, normalmente, tiene las condiciones laborales más precarias, en el caso de las horas extraordinarias más de una tercera parte de los asalariados que trabajan más allá de su jornada laboral se concentra entre la franja de los 40 y los 49 años.