El Instituto de Crédito Oficial (ICO) tendrá que repartir la próxima línea de avales del Estado entre más de 90 de las 400 entidades que están registradas en el Banco de España. Esto supone que la próxima repartición se atomice aún más, lo que puede llegar a provocar que la liquidez se vuela a frenar, después de un final de mes de abril mucho más ágil.
Los grandes bancos se quejan constantemente de la falta de previsión del Gobierno en este sentido, ya que muchas veces se ven obligados a frenar operaciones porque han acabado con su parte 'proporcional' de las garantías, aunque después otros competidores tengan gran parte de lo destinado sin usar porque no tienen recursos o porque los clientes que lo piden no son lo suficientemente solventes.
En este sentido, el ICO no puede hacer mucho, puesto que es el Gobierno el que tiene poder para liberar nuevas partidas. El organismo que dirige José Carlos García de Quevedo decidió este mismo 30 de abril intentar dar una solución al problema y volvió a repartir los avales que no se habían dado de la primera línea entre las entidades más rápidas, las que ya han agotado, incluso, la segunda partida de 20.000 millones dedicada exclusivamente para pymes y autónomos.
Ya se han registrado 187.006 operaciones de financiación, lo que supone un importe avalado de 18.767 millones y una financiación total de 24.452 millones, según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Economía. No obstante, los bancos trabajan con cifras muy distintas, aunque fuentes del sector reconocen que la desviación se debe a que hay muchas operaciones aprobadas pero que aún no han sido dadas de alta en el sistema del ICO.
Como ya explicó este medio, los créditos ICO se están viendo deslucidos por el alto nivel de burocracia y por la evidente diferencia entre entidades, en cuanto a digitalización y agilidad en los procesos. Mientras ya hay competidores como Santander que tienen agotadas prácticamente sus dos líneas de financiación, hay otros como Bankinter que esperan agotar el primer tramo a finales de este mes.
El Ejecutivo ya trabaja en dar salida a un nuevo tramo de estas garantías, pero mientras eso llega, los bancos tendrán que conformarse con los restos que sobran de la primera tanda. No obstante, poca culpa tiene de esto García de Quevedo, pues es el Gobierno el único que tiene poder para decidir cuándo se liberan los próximos 20.000 millones de euros.
Las grandes empresas no van al ICO
La avalancha de solicitudes de préstamos ICO covid-19 por parte de pequeñas empresas y autónomos llevó al Gobierno a aprobar una segunda línea de avales por la misma cantidad que la anterior, 20.000 millones de euros, pero esta vez excluyendo a las grandes empresas.
El ritmo de peticiones de este tipo de préstamos por parte de pequeñas empresas ha sido mucho mayor que el requerido por grandes empresas. De acuerdo a fuentes del Ministerio de Economía, las grandes empresas no han acudido en tropel a solicitar estos préstamos, como sí han hecho pymes y autónomos, que en unos días, horas, han agotado la primera línea.