Inmobiliario

Uno de los dueños de Azca encaja pérdidas millonarias tras devaluarse su apuesta por Barcelona

El fondo soberano de Singapur sufre el doble de números rojos tras depreciarse en doble dígito su participación en los activos que compró el último año en la Ciudad Condal

  • Distrito 22@ de la Ciudad Condal, donde se concentra buena parte de la inversión en terciario

Con una suspensión del auditor mediante, el fondo soberano de Singapur (GIC) ha cerrado finalmente las cuentas de su inmobiliaria en España relativas al ejercicio 2023....con más números rojos. El que es uno de los grandes dueños de activos en Azca -el distrito financiero de Madrid- ha encajado en su socimi Eurocervantes 24 millones de pérdidas achacables en su mayoría a la devaluación de su primera irrupción en Barcelona, la sede de la plataforma de reparto Glovo en el distrito tecnológico 22@ de la Ciudad Condal.

Las cuentas finalmente convalidadas por Ernst & Young -así como por otros auditores, según señala la misma auditoría- afloran un significativo deterioro en el valor de la participación de Eurocervantes en las sociedades tras el proyecto "The Mille", integrado fundamentalmente por el edificio de oficinas Mile en el 22@ en el que se ha alojado Glovo.

Como avanzó este medio, el citado activo salió a la venta a principios de 2022 por una cifra de 250 millones de euros bajo la intermediación de la consultora JLL. Finalmente, fueron Eurocervantes y GMP -también participada por el GIC y la familia Montoro- los que se interesaron en la compra a cambio de una valoración de 220 millones de euros que supondrían la primera irrupción del fondo en Barcelona y una de las principales operaciones en el mercado de oficinas de la capital catalana desde la pandemia.

En marzo de este año, poco después de que EY suspendiera su aval a las cuentas del primer semestre, Eurocervantes tuvo finalmente que asumir un significativo recorte en el valor asignado en su balance a sus participación en las empresas de su apuesta inmobiliaria en Barcelona.

Si bien el primer acuerdo privado se alcanzó en julio de 2022, la operación no se cerró hasta el 31 de mayo de 2023, 21 días después del plazo apalabrado, tras encontrarse con las dificultades de la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo, como informó este medio.

En cualquier caso, las últimas cuentas de Eurocervantes ponen de relieve un único deterioro al cabo de 2023, asociado al citado proyecto en Barcelona, y arrojan luz sobre la letra pequeña de la operación. El 70% de la inversión fue asumida por la propia inmobiliaria del GIC, y el precio final de adquisición de las participaciones en torno al paquete de activos inmobiliarios fue de unos 100,8 millones de euros en total -unos 70 millones asumidos por Eurocervantes.

En enero de 2024, Eurocervantes y GMP inyectaron otros seis millones de euros. Con todo, el valor de los activos inmobiliarios habría descendido desde los 220 millones originales hasta los 194 millones, según la última tasación de Cushman & Wakefield, desde donde han apuntado igualmente a una "recuperación" de la tracción en el 22@ en este 2024 en términos de contratación de oficinas.

Un deterioro del 22% en Barcelona

En marzo de este año, poco después de que EY accediera finalmente a avalar las cuentas del primer semestre, Eurocervantes asumió un significativo recorte en el valor asignado en su balance a su participación en las empresas de su apuesta inmobiliaria en Barcelona.

En concreto, un deterioro algo superior a los 15 millones de euros debido a que "el valor recuperable calculado ha devenido inferior al valor neto registrado". Así las cosas, el valor registrado de unos 68 millones dio paso a un valor neto contable de unos 53 millones, esto es, un deterioro superior al 20% en menos de un año.

El aspecto del citado deterioro ha sido una de las principales cuestiones han mediado en la labor de EY en torno a la socimi del GIC, según apuntan fuentes financieras

El aspecto del citado deterioro ha sido una de las principales cuestiones que han mediado en la labor de EY en torno a la socimi del GIC, según apuntan fuentes financieras. Paralelamente, la actividad ordinaria de la inmobiliaria, esto es, la relativa a los ingresos y gastos de explotación por rentas en el conjunto de sus edificios -como la antigua Torre BBVA en Castellana 81 o un edificio similar en Castellana 77-, se ha saldado con un importe positivo en 5,4 millones de euros que no impidió que el resultado global fuera negativo por los citados 24 millones.

El año anterior, Eurocervantes había cerrado su balance global en negativo por 11,5 millones de euros. Una cantidad menor que las pérdidas de este 2024 aunque igualmente importante pero fundamentalmente debida a los gastos financieros por la deuda contraída con los mismos inversores. A 31 de marzo de este año, Eurocervantes tenía por devolver más de 265 millones de euros más intereses en préstamos del GIC con vencimiento en 2031.

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