Con el reinicio de la actividad a medida que avanza la 'desescalada' la Inspección de Trabajo también ha recuperado su labor y está empezando a buscar actividades fraudulentas relacionadas con los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y otras circunstancias laborales que se han extendido con el coronavirus.
Según ha podido saber Vozpópuli por fuentes cercanas a la Inspección, el foco está principalmente en si se realizan horas extraordinarias no registradas ni pagadas por el teletrabajo y también en actividades fraudulentas vinculadas a los ERTE.
"Se va a mirar si hay altas ficticias para ser beneficiarios del ERTE, si se han incrementado las bases de cotización para recibir una mayor prestación, si se han cambiado las fechas de vacaciones de los empleados sin respetar el convenio o sin acuerdo, si hay afectaciones y desafectaciones constantes, etc.", relatan esas mismas fuentes.
También se fijarán en la duración de los ERTE de fuerza mayor, ya que podrían haber desaparecido las razones por las que una empresa tiene derecho a tener activo ese ERTE y a beneficiarse de la exoneración en el pago de cotizaciones a la Seguridad Social.
Despidos y recuperación de horas
La Inspección también está vigilando que en las empresas en las que ha habido un ERTE por fuerza mayor no se produzca ningún despido en los próximos seis meses. Si eso sucediera, la compañía sería sancionada con el pago de todas las cotizaciones de las que ha estado exonerada, pero para imponer sanción tendrá que intervenir primero la Inspección.
Se vigilarán además aquellas compañías que han pactado con sus trabajadores permisos recuperables retribuidos durante el confinamiento, es decir, que han pagado a sus trabajadores una nómina aunque no estuvieran trabajando a cambio de que cuando volviera todo a la normalidad recuperaran esas horas gratuitamente.
"Se va a verificar si se ha establecido la recuperación de horas de forma adecuada", apuntan, para evitar que haya abusos.
