Internet de las Cosas (IoT), la posibilidad de conectar objetos a Internet, va a tener un impacto directo en muchos sectores, uno de ellos, quizá el más inminente, será el de las alarmas. IoT permite al usuario monitorizar el hogar y recibir alertas cuando alguien entre en casa, haya fuego o fugas de agua, además de recibir vídeo en tiempo real -o grabado- con lo que sucede en cada momento.
Es algo que ya ofrecen los sistemas de alarma tradicionales comercializados por empresas como Securitas Direct, Prosegur o Verisure, si bien en estos casos de forma mucho más profesional. Por poner un ejemplo, una alarma basada en IoT no permite llamar de forma autónoma a la Policía. Los productos -sensores y cámaras- no cuentan tampoco con la obligación de estar certificados cuando se trata de proteger el hogar.
Veamos los precios. Verisure, por ejemplo, ofrece el pack básico de seguridad -videocámara, botón de habla, sirena, app móvil, etcétera...- por 499 euros más una cuota mensual de 15 euros al mes.
En el caso de la solución IoT, por ejemplo, comercializada por Vodafone y Samsung, el coste por el pack -videocámara, sensor de movimiento, sensor multifunción, sirena...- es de 299 euros y una cuota mensual de 7 euros. Menos de la mitad que la solución profesional. El coste del pack es, además, 100 euros más económico. ¿Merece la pena a riesgo de ser una solución menos profesional?
Internet de las Cosas va a afectar significativamente al sector de las alarmas, porque ahora mismo existen muchas tecnologías que uno puede comprar e instalar por sí mismo en casa, y funcionan de forma muy parecida"
"Está claro que Internet de las Cosas va a afectar significativamente al sector de las alarmas, porque ahora mismo existen muchas tecnologías que uno puede comprar e instalar por sí mismo en casa, y funcionan de forma muy parecida a las alarmas. Es cierto que no pueden llamar a la policía, pero permiten hacer cosas muy parecidas. El sector de las alarmas va a tener que modificar su propuesta de valor y adaptarla a los nuevos tiempos", explica Manuel Muñiz , CEO de MIOTI, Instituto de Máster de Internet de las Cosas en Madrid.
Sin embargo, fuentes del sector de las alarmas tradicionales ven de otra manera la irrupción de Internet de las Cosas. "El sector de la seguridad en domicilios es relativamente joven, se trata de un mercado todavía inmaduro. En España, la penetración de este tipo de sistemas en hogares ronda el 5%. Por lo que se refiere a la propuesta de Vodafone y Samsung, se trata de un servicio de domótica en el domicilio, muy relacionado con la evolución del concepto de hogar inteligente, que incluye servicios de control y confort de diferentes tipos. En este caso, es un servicio de control".
Las mismas fuentes añaden que "desde hace tiempo existen multitud de propuestas de estas características desarrolladas por empresas tecnológicas, de telecomunicaciones. Esas propuestas son beneficiosas porque contribuyen a hacer crecer la categoría, es decir, a aumentar la concienciación social sobre este tipo de servicios. Sin embargo, las propuestas de control y domótica cubren necesidades distintas a las cubiertas por las compañías de seguridad, que cuentan con sistemas de verificación y respuesta inmediata por parte de fuerzas y cuerpos de seguridad".
En España, hay un total de 3,28 millones de empresas, frente a 18,5 millones de hogares que no demandan soluciones tan profesionales como en el caso corporativo
Sector profesional
Las alarmas de empresas de seguridad están conectadas a una central receptora de alarmas que controla y monitoriza el equipo las 24 horas del día los 365 días del año. Desde esa central, gestionada por un equipo humano especializado, se pone en marcha un protocolo de actuación -el tiempo medio de puesta en marcha es de 29 segundos desde que se produce el salto de alarma- que permite verificar cada salto de alarma y llamar a la policía de forma inmediata, independientemente de que el usuario esté localizable o no.
"El cliente que busca un nivel alto de protección exige una alarma conectada a una central receptora que le permite despreocuparse en caso de que se produzca un incidente", explican las mismas fuentes del sector de la seguridad. En España, hay un total de 3,28 millones de empresas, frente a 18,5 millones de hogares que no demandan soluciones tan profesionales como en el caso corporativo.