Tradicionalmente, el sector farmacéutico norteamericano siempre ha sido el precursor de la industria a nivel internacional, tanto en avances farmacológicos, investigación, aprobación de medicamentos y financiación. Por otro lado, la cultura norteamericana siempre ha estado muy ligada a la inversión de capital riesgo o venture capital, destinada a financiar start-ups o empresas innovadoras que a pesar de su enorme potencial, conllevan mayor riesgo (como su propio nombre indica).
No obstante, durante los últimos años las start-ups europeas del sector biotecnológico y farmacéutico están comenzando a recibir cada vez más apoyo de este tipo de fondos, interesados por las oportunidades que pueden presentarles los nuevos fármacos que tienen en desarrollo.
Es la primera vez en varios años que el sector biotecnológico europeo alcanza al estadounidense en lo que se refiere a atraer capital privado
Durante 2018, una de las operaciones más sonadas fue la ronda de financiación privada que obtuvo hace unas semanas la compañía biotecnológica alemana BionTech para avanzar en el desarrollo de varias terapias personalizadas contra el cáncer, entre las que se encuentra una terapia CAR-T en fase temprana. En total, recaudó un total de 325 millones de dólares -equivalentes a 289 millones de euros- todo un récord para el sector biotecnológico europeo.
Más de 36 millones de media
Tal y como muestra el gráfico, es la primera vez en varios años que el sector biotecnológico europeo alcanza al estadounidense en lo que se refiere a atraer capital privado, fundamental para sostener las investigaciones de terapias innovadoras que, por lo general, surgen del trabajo de pequeñas start-ups con fondos limitados.
Siete meses dentro de 2019, el tamaño medio de una ronda de financiación a través de fondos de capital riesgo para el sector biofarmacéutico -tanto norteamericano como europeo- se ha situado en los 36 millones de dólares.
Los datos parecen apuntar que se ha revertido la tendencia que comenzó en el 2016, donde Estados Unidos y Europa comenzaron a separarse de manera notable, con el sector biotecnológico estadounidense superando con creces la financiación alcanzada por las ‘biotech’ europeas en 2017.
Según apuntan los analistas de EvaluatePharma, una de las consultoras más importantes a nivel mundial dentro del sector, esta separación puede implicar que los fondos de capital riesgo dedicados a las empresas biofarmacéuticas despegaron un año antes en Estados Unidos que en el continente europeo, por lo que varios años después, el sector europeo ha logrado ponerse a su nivel.
Capital estadounidense
Otro de los motivos que apuntan desde Evaluate, está el hecho de que el sector ‘biotech’ está avanzando a pasos agigantados en Europa -y en España- atrayendo cada vez más capital extranjero, en su mayoría estadounidense. Se estima que las biotecnológicas españolas atrajeron 74 millones durante 2018.
Además, mientras que el mercado norteamericano tiene que hacer frente a un ambiente mucho más competitivo, el europeo todavía no está tan explotado, por lo que muchos inversores de VC (Venture Capital en inglés) están acudiendo a las start-ups europeas. Son empresas que cuentan con el mismo potencial para invertir y menos “pretendientes” dentro del capital riesgo.
No obstante, este tipo de operaciones continúan siendo mucho más escasas dentro del continente europeo que al otro lado del charco. Lo que ha ocurrido durante este primer semestre es que se han producido unas pocas rondas de financiación de gran tamaño -como las de AM-Pharma o Alizé Pharma- lo que ha subido la media de manera notable. Aunque más allá de que Europa siga detrás de EEUU en el sector biotecnológico, lo que queda claro es que cada vez le pisa más los talones.