El Gobierno prometió a los empresarios que no tendrían que pagar el IVA a Hacienda hasta que lo cobraran. Pero la letra pequeña de esa promesa amenaza con dejar fuera a buena parte de las pymes del país y con dejarlas fuera del nuevo régimen durante un largo tiempo, ya que quienes opten por dejar de adelantar el IVA a Hacienda deberán notificarlo a la Agencia Tributaria en diciembre y quedarán vinculados a ese régimen durante tres años. De igual modo, quienes opten por seguir adelantando el IVA a Hacienda no podrán cambiar de opinión ni régimen contable durante un trienio, según detalla el borrador que prepara el Ministerio de Hacienda.
La medida pretende dar estabilidad al sistema contable de las pequeñas y medianas empresas pero lo apurado de los plazos puede dar lugar a que buena parte de esas empresas queden fuera del nuevo régimen. Según el texto, las empresas que opten por no adelantar el IVA a Hacienda tendrán que notificarlo a la Agencia Tributaria durante el mes de diciembre y comenzar a presentar facturas mensualmente a partir del 1 de enero de 2014.
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La letra pequeña excluye a un gran número de pymes
La promesa política de que las compañías dejarían de adelantar el IVA se ha llenado de asteriscos al darle forma legal. Así, sólo podrán acogerse al nuevo régimen las pymes que cobren menos de 100.000 euros en efectivo o que facturen menos de dos millones de euros.
Quedan automáticamente excluidas del llamado "IVA de caja", pues, las empresas que tengan pagos de más de 100.000 euros líquidos o cuyo volumen de negocio supere esos dos millones de euros. Estas empreas deberán seguir adelantando al fisco el IVA aunque no lo hayan cobrado todavía.
El IVA de caja puede ser "contraproducente", según PMcM
La Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PMcM) ha calificado de "contraproducente" para las pymes el nuevo sistema que permitirá pagar el IVA cuando se cobre la factura. Puesto que las grandes empresas seguirán acogidas al régimen anterior -advierte la organización en un comunicado- "sus potenciales clientes puedan preferir contratar con el resto de empresas que siguen funcionando con el tradicional criterio de devengo en vez de con el nuevo de caja, para así poder continuar pagando a su proveedor mucho después de comprar el producto o de recibir el servicio prestado". Por ese motivo, concluye: "las empresas que se acojan podrían perder clientes".
Según la plataforma, la única alternativa habría sido generalizar el sistema también para las grandes empresas. No hacerlo obligará a las pymes y a sus clientes a llevar una doble contabilidad.