Ha sido uno de los temas que más ha dado que hablar en las últimas semanas del pasado ejercicio y el inicio de este 2020, la salida de Luca de Meo de Seat después de llevar a la marca española a sus mejores registros de los últimos años y su más que evidente entrada en Renault, algo que finalmente se cerró hace poco más de una semana, cuando el que fuera máximo dirigente de Seat era confirmado como nuevo director general de Renault, un primer paso en lo que se prevé que a corto plazo termine por convertirse en el máximo dirigente de la Alianza Nissan-Renault como sucesor del polémico Carlos Ghosn, fugado de la Justicia nipona mientras estaba a la espera de juicio.
Un nombramiento que llega en un momento en el que las relaciones entre Renault y sus socios japoneses no pasan por su mejor momento, y que se espera que con Luca de Meo al frente vuelvan las aguas a su cauce. De momento, la Alianza franco-nipona ya ha empezado a mover ficha en lo que será su hoja de ruta a partir de ahora, y han definido un nuevo marco de trabajo para fortalecer, aún más, su modelo económico y consolidar su estructura de gobierno. Las tres compañías han reafirmado que la Alianza es esencial para el crecimiento estratégico y la mejora de la competitividad de cada una de ellas.
El nuevo acuerdo, ratificado en una reunión del Consejo Operacional de la Alianza (Alliance Operating Board - AOB) en Yokohama, Japón, fortalecerá la capacidad de las compañías miembros de la Alianza para aprovechar sus fortalezas y ampliar sus estrategias. El Consejo Operacional de la Alianza, además, ha reafirmado los programas clave definidos en su reunión anterior en noviembre, con el objetivo de apoyar iniciativas que permitirán a cada miembro aumentar su competitividad y rentabilidad, en un contexto de transición de la industria automovilística hacia nuevos servicios de movilidad.
Nuevo rumbo
Se fortalecen los modelos de colaboración para aprovechar al máximo los puntos fuertes de cada marca buscando la mejora del liderazgo en regiones, productos y nuevas tecnologías. Así, el consejo ha decidido que cada una de las tres empresas será referente para una región, Nissan para China, Renault para Europa y Mitsubishi para el sudeste de Asia. Además cada una de las tres marcas tomará la iniciativa de la Alianza para el desarrollo de cada tecnología clave, que será distribuida a continuación entre los socios de Alianza.
A modo de ejemplo, Nissan estará al frente del desarrollo de los vehículos eléctricos y la elección de uno y otro estará en función de los activos y del avance que tengan en cada tecnología. Renault, por su parte, con amplia experiencia en vehículos comerciales, desarrollará y fabricará, en la planta francesa de Sandouville, el vehículo comercial ligero de Mitsubishi basado en la plataforma Renault Trafic que se comercializará en Oceanía.
Los planes estratégicos a medio plazo de las tres compañías se anunciarán simultáneamente alrededor de mayo de 2020, incorporando las principales decisiones del Consejo Operacional de la Alianza. Este nuevo sistema permitirá mejorar la efectividad y eficiencia de los proyectos de la Alianza, con el objetivo de optimizar los recursos e inversiones dentro de las tres compañías.
Otra muestra de la voluntad de avanzar en la integración de la alianza es que ante las exigencias de la normativa europea de reducción drástica de emisiones de dióxido de carbono (CO2), los tres grupos contarán como si fueran uno solo. Eso significa que las medias de emisiones se calcularán para el conjunto de los vehículos de los tres, y no de forma separada. En consecuencia, si tuvieran que pagar multas por incumplir los objetivos europeos, también lo tendrían que hacer de forma conjunta.
El Consejo Operativo se implicará activamente en los Consejos de Administración de las tres empresas, un consejo que compone de un presidente y del presidente o director general de cada compañía miembro, y nacido para fortalecer su gobierno con el objetivo de funcionar de manera eficaz en beneficio de cada empresa miembro. Estas iniciativas permitirán maximizar la colaboración dentro de la Alianza, al tiempo que preservarán la autonomía de cada empresa.
