"Hay interés por Catalunya Caixa". Ante el anuncio de Luis de Guindos, los bancos interesados en adquirir la entidad catalana siguen manteniendo la misma apostilla mostrada en las dos anteriores subastas frustradas. Ese interés tiene un precio. Cuanto más tiempo pasa, el deterioro de la entidad catalana eleva la necesidad de un saneamiento adicional que puede llegar a 4.000 millones, según fuentes que conocen los números de Catalunya Caixa.
"Se necesita una aportación mínima de 3.000 millones, pero el saneamiento podría llegar a ascender hasta los 4.000 millones", explican desde otra entidad que ha acudido a las dos subastas anteriores. "Si el ministro pretende poner a la venta Catalunya Caixa y que el comprador pague por quedársela se volverá a repetir la historia: no habrá venta", confirman desde otro banco interesado.
Tanto el Banco de España como en el ministerio que dirige Guindos han argumentado a los banqueros interesados que no cabe lugar un esquema de protección de activos (EPA) por Catalunya Caixa puesto que la entidad se encuentra plenamente recapitalizada tras recibir más de 9.000 millones del rescate europeo y totalmente saneada tras el traspaso de su ladrillo tóxico a la Sareb. "Banco de Valencia cuenta con una importante cartera crediticia a empresas potencialmente morosa a corto plazo. Esa fue la razón por la que se concedió un EPA a Caixabank", argumentan desde el Gobierno.
Sin embargo, los posibles compradores difieren de los argumentos que llegan desde el Ejecutivo. A su juicio, la estructura actual del balance de la entidad catalana hace imposible su integración sin que lastre enormemente al comprador. Junto a su creciente mora en pymes, la entidad catalana no podrá cubrir con sus hipotéticos beneficios futuros (la entidad firmó pérdidas en el primer trimestre de 18,4 millones pese a la millonaria inyección del rescate europeo) la pérdida esperada por sus créditos refinanciados debido al alto precio que tiene que pagar por sus depósitos. Catalunya Caixa, al igual que el resto de nacionalizadas, fue una de las entidades que se mostró más activa en la pasada guerra del pasivo.
La estructura actual del balance de la CX hace muy difícil su integración sin que lastre enormemente al comprador
Por el lado del activo, el 80% de su cartera hipotecaria no tiene cláusulas suelo. Una buena noticia para sus clientes pero pésima para el margen de ingresos de la entidad ya que el abaratamiento de las viejas hipotecas está generando unas importantes pérdidas que la entidad no está compensando con la contratación de otras nuevas con tipos más altos. "Si no hay algún tipo de ayudas, la entidad que se quedara con Catalunya Caixa sufría un grave deterioro en su ROE (rentabilidad financiera)", explican desde una entidad interesada. Además, la entidad catalana es una de las entidades que está sufriendo en mayor medida el 'flying to quality' de sus clientes a otras entidades.
"La entidad está en una situación bastante delicada y el FROB debe sacarla al mercado cuanto antes", confirman desde el sector. En la misma línea se decantó Francisco González, presidente de BBVA, el pasado lunes en su intervención en el curso de la APIE de la Universidad Menéndez Pelayo. La intención del Gobierno es subastar la entidad después del verano. Sin embargo, ante el fracaso de la venta de las redes 'non core' de la entidad catalana, que lidera el banco de inversión Nomura, parece previsible que el FROB subaste la entidad en su totalidad.
En Economía y el FROB son conscientes de que únicamente BBVA y Santander podrán acudir a la puja tras la última circular del Banco de España sobre las refinanciaciones. En este sentido, Matías Rodríguez Inciarte, vicepresidente del banco presidido por Emilio Botín, aseguró que su entidad "estudiará con todo detenimiento" el nuevo cuaderno de venta de Catalunya Caixa.
Rodríguez Inciarte (Santander) asegura que su entidad "estudiará con todo detenimiento" Catalunya Caixa cuando el FROB decida sacarla al mercado
El Gobierno es consciente de que tanto Sabadell como Popular, pujadores en la última subasta suspendida, son las entidades que tendrán que hacer más provisiones con la nueva normativa sobre reclasificaciones de créditos. “Este esfuerzo les lastra de cara a poder pujar con fuerza”, confirman en el Gobierno. Incluso no se descarta que el Sabadell no acuda finalmente a la subasta.
La segunda subasta se suspendió el pasado marzo después de que ni Popular, Santander, BBVA y Sabadell se acercaron al baremo impuesto por el FROB que solicitaba que el comprador pagase 1.000 millones.