El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha negado este sábado que la UE esté presionando al Gobierno español para que acepte una prórroga del rescate bancario, que expira a finales de año, y ha sostenido que España no necesita más ayuda europea porque se financia sin dificultades en los mercados.
"No tengo presiones de ningún tipo", ha asegurado Guindos en rueda de prensa al término de la reunión informal de ministros de Economía de la UE Ecofin). El ministro espera que en la reunión del Eurogrupo de noviembre, en la que se discutirá el futuro del rescate español, se decida dar por terminado el programa de ayuda.
En contraste, la Comisión Europea no descarta "algún tipo de acompañamiento" tras el final del programa por si surgen nuevas necesidades en la banca tras la nueva ronda de test de estrés que realizará el Banco Central Europeo (BCE) en verano de 2014, según fuentes europeas.
"Las instituciones comunitarias tienen que estar satisfechas de que el programa de asistencia bancaria a España haya funcionado", ha replicado Guindos al ser preguntado por estas dudas, que según ha dicho ningún responsable europeo le ha hecho llegar de forma oficial.
En su opinión, España no necesita "en absoluto" ningún tipo de ayuda de la UE tras el fin del rescate porque "se está financiando en los mercados". "Y se está financiando habiendo cubierto más del 80%, e incluso con la posibilidad de sacar nuevos instrumentos de deuda a más largo plazo, y lo está haciendo a tipos de interés que son especialmente reducidos", ha apuntado.
La situación, ha sostenido el ministro de Economía, es "completamente distinta" a la del verano de 2013, cuando España pidió el rescate, porque entonces "el Tesoro español tenía unas condiciones de acceso a los mercados extremadamente difíciles", con una prima de riesgo sobre los 600 puntos y "enormes dudas sobre la solvencia, las provisiones y el capital de los bancos españoles".
Estas dudas, en gran parte "injustificadas", se han resuelto, y el análisis de los balances bancarios españoles que se hizo el año pasado para pedir el rescate servirá de "modelo" a la evaluación de activos del Banco Central Europeo, ha destacado Guindos. "Hoy los bancos españoles tienen mucho más capital, muchas más provisiones para hacer frente a los activos problemáticos y se ha creado el banco malo que ha supuesto un alivio", ha indicado.
Tras el final del rescate sólo quedará, según Guindos, la supervisión reforzada por parte de Bruselas prevista en la legislación europea hasta que se devuelva el 75% del crédito. "Los países que dejan atrás el programa, y yo estoy convencido de que España va a dejar atrás su programa, tienen posteriormente de acuerdo con la legislación comunitaria una serie de obligaciones de información", ha explicado.
La situación de España tampoco es equiparable, según Guindos, a la de Irlanda y Portugal, que también saldrán próximamente del rescate. Dublín se plantea pedir una línea de crédito preventiva, mientras que en el caso de Lisboa todavía no está claro si hará falta un segundo rescate. España apoyará lo que los dos países pidan en el Eurogrupo.