En la dirección del PP se tiene claro que al Banco de España ha vuelto “un hombre gris”, en el buen sentido de la palabra. Alguien como en su día fue Luis Ángel Rojo, uno de los gobernadores más respetados por los diferentes partidos, poco amigo de las zarandajas y consciente de que su responsabilidad básica es la supervisión del sistema financiero.
Sin ánimo de dar lecciones a nadie, Linde dejó claro ayer que no se puede atribuir toda la responsabilidad por el deterioro de la confianza en el sistema financiero a la coyuntura económica internacional o a los problemas de la zona euro, pues en el ámbito de la supervisión se actuó desde el Banco de España en los últimos años “con poca decisión, o de modo insuficiente o inadecuado”. Dura carga contra Miguel Ángel Fernández Ordóñez y contra su ex ‘número dos’, Francisco Javier Aríztegui, y vaselina para los profesionales del Banco de España: el gobernador no cuestionó ayer su trabajo en las tripas de las entidades financieras, en contraste con el legado dejado por MAFO, coronado por el encargo a Roland Berger y a Oliver Wyman para escudriñar las cuentas de Bankia.
El nuevo gobenador está dispuesto a levantar la moral de la unidad de inspección, después de las humillaciones sufridas en la etapa de MAFO
Los inspectores despidieron a MAFO en pie de guerra y han recibido a Linde a la expectativa. Antes de su llegada al sillón de la calle Alcalá, una de las asociaciones que les representa envió una carta a Mariano Rajoy, a Soraya Sáenz de Santamaría y a los ministros de Economía y Hacienda en la que se quejaron del descrédito permanente al que se encontraban sometidos bajo la batuta de Fernández Ordóñez. Detrás quedaba el baile de ayudas públicas a Bankia, de los 4.000 a los 23.000 millones de euros, y también los famosos test de stress de 2010 y 2011, de cuya calidad dudó ayer el propio Linde al recordar que cuando fueron realizados casi nadie había previsto todavía la doble recesión.
Palo a MAFO y respeto para los inspectores. Este es el mensaje que ayer emitió el nuevo gobernador en su estreno en el Congreso, donde, de forma diplomática, habló de fallos en la “supervisión macroprudencial”, errores que contribuyeron a disparar el endeudamiento y a dejar que se deterioraran los balances bancarios a lomos de la burbuja inmobiliaria y la recesión.
El primer paseo del gobernador por el Congreso fue cómodo porque tampoco se introdujo en demasiadas profundidades a la hora de reflexionar sobre la coyuntura. Lejos de dar doctrina sobre las reformas pendientes o de valorar las que el Gobierno acaba de anunciar, Linde se limitó a realizar un repaso objetivo del momento, centrándose en lo que a partir de ahora será su principal asignatura, la supervisión financiera. Todo lo más, se limitó a censurar la política fiscal ensayada por Zapatero y su inclinación a no contener más el gasto cuando disfrutó entre 2004 y 2007 de un auténtico bacanal de ingresos.
Linde preparó su primera intervención ante el Congreso en solitario, sin pactarla previamente con el PP
Es, según quienes más le conocen, el catecismo que imperará a partir de ahora en el Banco de España: paz interna, cambios realizados por unanimidad en sus órganos de gobierno, máximo consenso con Fernando Restoy, el subgobernador designado a propuesta del PSOE, y atención preferente a la tarea supervisora del sistema financiero. Unas nuevas reglas que chocan con las que practicaba su antecesor en el cargo. La costumbre que tenía el anterior gobernador de preparar sus comparecencias parlamentarias con diputados del PSOE también la ha quebrado Linde: la última semana, elaboró su intervención de ayer en el Congreso en solitario, sin conexión alguna con el PP.
El PSOE despidió en abril a MAFO con esta diatriba: “He echado de menos que la misma prudencia que usted ha mostrado en el ámbito financiero, que es su principal competencia, la hubiera exhibido también en el ámbito laboral. No digo que no opine sobre estos temas, sino que lo haga desde el equilibrio que siempre se necesita en un asunto en el que el Banco debe ser extremadamente delicado”. Ayer, el mismo interlocutor, el ex ministro Valeriano Gómez, dio la bienvenida a Linde con este otro discurso: “Mi agradecimiento quiere ser una llamada al rigor y a la necesidad de recuperar ese papel de referencia por parte de una institución fundamental en cualquier sociedad avanzada; un papel, en mi opinión y en opinión de mi grupo, innecesariamente dañado durante los últimos meses de una forma tan absurda como intensa y que no será fácil restaurar en poco tiempo…”.