La agencia de calificación crediticia Standard & Poor´s rebajó el jueves por la noche el rating de España, culpando a las Comunidades Autónomas y a la banca del tijeretazo. El rating soberano quedó no demasiado lejos del 'bono basura' y por debajo de compañías como Santander, BBVA o Iberdrola. En breve tocará revisarlas, rebajando esas y las demás calificaciones. La gran duda reside en la banca mediana. Prácticamente todas bordean el grado de inversión. ¿Serán rebajadas a junk bond para mantener ese diferencial con el techo soberano que debería ser España, de acuerdo a la ortodoxia?
La agencia ha reconocido que el recorte a nuestro país afectará a los emisores domésticos, en una nota inmediatamente posterior a la bajada de rating. “Esta rebaja a la deuda soberana afectará a su vez a la solvencia de varios emisores españoles de distintos sectores”. La agencia apunta a bancos, aseguradoras, gobiernos regionales y locales, entidades públicas, utilities y empresas de infraestructuras. O sea, prácticamente nadie se escapa de la revisión e inevitable rebaja.
El pasado mes de febrero, S&P retocó con dureza a la banca, pero aun así, Santander tiene una A+, mientras BBVA mantiene una A simple. Por su lado, Ibercaja y Bankinter están en la triple B sin más, mientras Sabadell y Bankia tienen una BBB-, es decir, el último escalón del grado de inversión.
Un coloso como Telefónica tiene el mismo rating que el Reino de España, mientras que Iberdrola, muy sacudida por los mercados, mantiene la A. Ambas, eso sí, con perspectiva negativa.
Aunque en S&P no han querido hacer más declaraciones, fuentes cercanas a la entidad aseguran que “las rebajas de rating están cantadas. No se sostendrá que haya empresas con mejor calificación que España. Tal vez sea posible en Santander, por la diversificación internacional de sus ingresos, pero no de las demás”.
En el lado bajo, la duda estriba en saber si se permitirá el estrechamiento entre España y la banca mediana. “Probablemente se deba asumir que se comprima el gap, porque retirar el investment grade de manera masiva es algo más complejo”. Banca mediana y España, por tanto, estarán muy 'pegadas'.
En breve podrán verse estos ajustes. La penalización que aplican los mercados a los emisores en función de su calificación, sin embargo, es cada vez más difusa. Normalmente, una rebaja de rating de una compañía podía provocar su salida automática de las carteras de algunos fondos que sólo mantenían activos con una determinada calidad crediticia, pero, como asegura la fuente, “cada vez hay menos triple A donde invertir y los gestores deben ir bajando también sus listones de riesgo”.