Inicio semanal de pesadilla en los mercados financieros, algo que comienza a ser una costumbre ya. Todos los índices bursátiles relevantes de Europa cerraban con pérdidas en torno al 2%, con mención especial para el Ibex, que caía un 2,66%. Los bonos también sufrían de manera espectacular, con el 10 años español estableciendo la prima de riesgo más alta de la historia del euro, entre otras cosas porque el bund germano volvía a erigirse en refugio y recortaba su tipo hasta el 1,45%. Pero Italia o Bélgica también llevaban lo suyo. Los acontecimientos políticos en España, Grecia, Alemania y Francia eran un enorme lastre hoy, que no por conocidos o evidentes evitaba el hundimiento.
La situación de desgobernanza en Grecia, unida a su posible salida del Euro volvía a poner sobre la mesa la falta de homogeneidad de una moneda única que parece incapaz de adoptar soluciones sostenibles en el tiempo y creíbles para los mercados.
Desde el Banco Central Europeo (BCE) hoy hablaban sin tapujos de esta posibilidad, y el resultado era que el bono griego se desplomaba simbólicamente, ya que no tiene demasiada relevancia que pase del 24,7% al 27,58%.
Lo malo es que España iba detrás. El diferencial con Alemania se ampliaba hasta 478 puntos básicos al cierre de mercado, después de que el Tesoro colocara Letras a 12 y 18 meses con sensibles repuntes de tipos, aunque la demanda ha funcionado de nuevo. Sin duda, los bancos domésticos han vuelto a acudir en socorro del estado, a pesar del varapalo que el Gobierno les propinó el pasado viernes con su reforma financiera.
Así las cosas, Bankia era hoy la peor compañía del Ibex, con pérdidas por encima del 8% y perdiendo la cota de los 2 euros por acción, aunque no les iba mucho mejor a Gamesa, Popular, FCC, Abengoa, ACS e incluso a los dos grandes bancos, Santander y BBVA, que lideraban las posiciones rojas dentro del índice selectivo.
Los países de referencia de la Eurozona tampoco ayudaban. La pérdida de las elecciones en Renania por parte del partido conservador de Angela Merkel no ha gustado nada en los mercados, de la misma manera que asusta el cambio de rumbo en Francia.
El castigo social a la austeridad, patente ya en cualquier país de la vieja Europa, deja claro que la clase política no está dando con ninguna tecla que favorezca la salida de la crisis. La macroeconomía no ofrece datos alentadores y la sociedad ya ha dado avisos más que concretos de que está dispuesta a escenarios de confrontación en una crisis que no entiende, pero que le afecta al bolsillo y que encierra, además, dramas sociales en la forma de paro y recortes.
Este es el panorama de hoy, lunes 14 de mayo, con Wall Street en números rojos en los primeros minutos de sesión. Los descensos del Dow Jones se aproximan al punto porcentual mientras que el tecnológico Nasdaq pierde algo más de un 0,5%. Lo cierto es que no se vislumbra ahora mismo ningún driver a corto plazo para enderezar esto. La respuesta parece tenerla sólo el BCE y su liquidez anestesiante.