eDreams Odigeo no termina de remontar el vuelo. Desde su estreno bursátil en abril del año pasado, la cotización del buscador de viajes digital acumula una caída de su acción superior al 70%. Lo peor de su situación es que este hundimiento de sus títulos se debe sobre todo a la poca credibilidad que tienen ya los analistas sobre los planes estratégicos de la compañía. Y los resultados del último ejercicio fiscal, que finalizó en marzo, han vuelto a poner de manifiesto las dudas de los inversores.
La compañía presentó unas pérdidas de 181 millones de euros (debido al apunte extraordinario de 176 millones que debió afrontar por algunas de sus marcas y el fondo de comercio), una cifra que significa multiplicar por nueve la obtenida a finales del ejercicio anterior, mientras que el margen sobre ingresos de la compañía solo ha subido un 1%, hasta los 436 millones de euros.
El ocho de abril de 2014 eDreams se presentaba al mercado a 10,25 euros por acción, en una operación que suponía valorar la compañía aproximadamente en 1.000 millones de euros, un precio que algunos expertos consideraron muy exagerado pero que los bancos colocadores confiaban en mantener, al situarse en el rango medio de la horquilla de la OPV y, decían, impulsados por el interés de los inversores institucionales.
Desde el primer día los títulos de eDreams comenzaron a reflejar que el precio de salida había sido forzado demasiado hacia arriba y terminó la primera sesión con una caída del 4%
Los fondos Permira y Ardia habían entrado en el accionariado de la empresa fundada por Javier Pérez-Tenessa, presidente de eDreams hasta principios de este año, que cuenta con presencia en más de cuarenta países. Con la colocación del 41,1% del capital del buscador de viajes, parecía culminar un proyecto tecnológico que hacía frente a las grandes firmas del sector. Era la primera OPV desde que Bankia saltó al parqué en 2011, si no se tienen en cuenta las socimis, y había mucha expectación en el mercado.
Pero ya desde el primer día los títulos de eDreams comenzaron a reflejar que el precio de salida había sido forzado demasiado hacia arriba y terminó la primera sesión con una caída del 4%. A partir de ahí, la caída fue en picado, acentuada por las dudas que dejaron entrever los responsables de la compañía sobre la viabilidad de los planes inicialmente presentados a los inversores. Los resultados trimestrales tampoco ayudaban a sostener una firma que iba perdiendo el apoyo de los inversores hasta que su cotización llegó a situarse en el euro por acción.
La incertidumbre inicial sobre cómo una compañía que había sobrevivido a la crisis de las puntocom podía sobrevivir en el mercado con una abultada deuda y una escasa visibilidad de sus planes estratégicos se convirtió en la peor pesadilla de los inversores.
Aunque los resultados del tercer trimestre fiscal de eDream parecieron animar la cotización, que se situó por encima de los tres euros, y la sustitución del presidente por quien había sido hasta entonces director de operaciones, Dana Dunne, parecía iniciar un nuevo rumbo para la tecnológica española, lo cierto es que el mercado siguió sin creerse su viabilidad, como se demostró en la última presentación de resultados.
Algunos gestores profesionales muestran su confianza en la recuperación del valor, que al partir de un nivel tan bajo no podría hacer otra cosa teóricamente que despuntar en algún momento, gracias a la recuperación económica y el tirón del consumo. Pero mucho trabajo tiene por delante el nuevo equipo directivo para que los inversores den su apoyo de nuevo a eDreams.