Los mercados europeos, incluido el español, no tuvieron tiempo de digerir la presentación de los PGE de 2012, pero Wall Street sí aguardaba muy expectante y la respuesta fue positiva: media hora después de comparecer el Ejecutivo, el Dow Jones salía de pérdidas y se iba en el acto a máximos del día, un 0,6% al alza, mientras el S&P 500 (probablemente el índice más importante el mundo) rozaba el 1% en positivo. El tecnológico Nasdaq, por su lado, ampliaba los avances y superaba esa cota. Al cierre, el Dow se anotó un 0,54%, el S&P un 0,96% y el tecnológico un 1,39%.
Las publicaciones financieras anglosajonas justificaban el bueno tono por “las promesas de recorte de déficit del Gobierno español”. Así titulaba su crónica, por ejemplo, la agencia Bloomberg, el medio financiero más seguido entre la comunidad financiera.
El compromiso afirmado de nuevo por parte del Ejecutivo era bien recibido por los inversores al otro lado del Atlántico que, además, veían mitigado su temor sobre el estancamiento económico derivado de la austeridad por la especulación de que China redoblará esfuerzos para mantener el estímulo económico en las principales economías, es decir, seguirá financiando a los estados.
A este lado del océano, el Ibex se dejó un imperceptible 0,15%, mientras otros índices europeos como el FT Milan repuntaron un 0,27%. Las principales plazas europeas subieron con moderación, por debajo del medio punto porcentual.
En deuda, el bono español estuvo haciendo equilibrios alrededor del 6%, pero finalizó en el 5,98%, con la prima de riesgo en 452 puntos básicos. A más corto plazo, el 5 años también dejó atrás la cota del 5%, mientras que a tres años la rentabilidad quedó en el 4,1%. La apertura de Europa mañana puede quedar allanada si Wall Street confirma el buen tono al cierre.