Mercados

La subida de tipos de interés en EEUU pierde puntos ante la convulsión de los mercados

La posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos comience el proceso de subida de tipos de interés ha perdido fuelle ante la incertidumbre de los inversores por la situación de China y la repercusion de la caída de las materias primas en los mercados emergentes.

  • La bajada de los mercados de valores chinos ha provocado el temor de los inversores.

El próximo jueves 17 de septiembre a las ocho de la tarde, hora española, los inversores de todo el mundo estarán pendientes del mensaje de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos. Ese día está marcado en rojo en todas las agendas porque puede marcar un antes y un después. La decisión de comenzar a subir los tipos de interés, que se encuentran desde hace siete años en el umbral del cero por ciento, no es un asunto simplemente doméstico, puesto que sus implicaciones afectan al conjunto de la economía mundial.

Los datos de crecimiento de la economía norteamericana y de empleo, que han ido mejorando constantemente mes a mes durante los últimos años, habían alimentado la certeza de que la subida se produciría más pronto que tarde a lo largo de 2015, después de que se viera el momento de dejar de asistir artificialmente la economía con la reducción del programa de compra masiva de deuda, el conocido como 'quantitative easing'.

Pero las incertidumbres sobre la economía europea, con el interminable drama de la negociación con Grecia, y las turbulencias que provocó China en los mercados este verano, ante el temor a una ralentización de su economía más fuerte de la esperada, han enfriado las expectativas de que la subida de tipos se pueda poner ya en marcha, añadiendo además la repercusión en los mercados emergentes de la caída del precio de las materias primas, como se ha podido comprobar con Brasil recientemente, y las presiones de un petróleo a la baja.

Dentro de la Reserva Federal se han escuchado voces que apuestan por comenzar ya el proceso ante la mejora evidente de la recuperación de Estados Unidos, pero hay quien también advierte del efecto bumerang que podría producirse por la repercusión de la subida de tipos en un mundo todavía pendiente de analizar qué ocurre exactamente en China y la reacción de los países en desarrollo, muy vinculados durante los últimos años al elevado crecimiento del gigante asiático.

"China ha enfriado las expectativas de una subida de tipos en septiembre", reconoce Marian Fernández, directora de estrategia en Andbank

Aunque el crecimiento del empleo en Estados Unidos ha estado relacionado con la aparición de la nueva industria del 'shale gas', los analistas no terminan de ver claro que los datos sean consistentes. "Los estímulos monetarios de la economía norteamericana han sido muy fuertes, pero la recuperación se ha basado en una reestructuración de su economía, basada por ejemplo en nuevas formas de extracción de la energía, que ha generado miles de puestos de trabajo. Pero el coste del proceso del 'shale gas' es muy alto y en cambio el precio del petróleo se encuentra en un nivel bajo, lo que podría repercutir en al economía de Estados Unidos", señala Ana Guzmán, responsable de Aberdeen AM España, quien estima que la subida se producirá a finales de año.

"China ha enfriado las expectativas de una subida de tipos en septiembre", reconoce Marian Fernández, directora de estrategia en Andbank. "Probablemente los tipos se quedarán como están ahora y habrá que esperar a diciembre. No se trata de comenzar el proceso de la subida de tipos sino del mensaje que se traslada a los inversores. El mercado lleva preparándose desde hace tiempo para esta subida, pero quizá ahora conviene esperar un poco más para evitar nuevos riesgos".

Entre las convulsiones de las bolsas mundiales de las últimas semanas y que la calidad de los datos de empleo de Estados Unidos sigue siendo débil, la presión para subir los tipos parece haberse desinflado. Ana Guzmán recuerda que la Reserva Federal tiene todavía presente el recuerdo del año 1994 cuando la economía norteamericana comenzó a repuntar y se subieron los tipos de forma rápida, lo que provocó el efecto contrario al que se buscaba. "No van a asustar al mercado, pero tampoco van a anticiparse a lo que los inversores demandan si no es positivo para la economía a largo plazo", explica.

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