Aunque tiene fama de ser un hombre que se ha hecho a sí mismo, lo cierto es que hay una tradición familiar que ha ayudado mucho a triunfar a Bill Gates, nacido en 1955. Su bisabuelo fue el fundador del First National Bank de Seattle y sus padres eran de clase media alta; de hecho, su padre fue un prestigioso abogado y su madre consejera de varias empresas. No le faltaba dinero a la familia y perfectamente podía haber gozado de una alta calidad de vida sin esforzarse demasiado.
De pequeño era muy curioso y leía incluso enciclopedias pero destacaba sobre todo en los juegos de mesa -donde demostraba su carácter ambicioso- como el Risk y el Monopoly, lo que quizás le dio la idea de convertirse en un magnate. En 1962 la Exposición Universal de Seattle le impactó -aunque solo tenía siete años- ya que en ella se adivinaba un futuro en el que los ordenadores serían claves.
El joven Bill Gates fue un preadolescente problemático, muy bueno en matemáticas pero malo en comportamiento. Eso llevó a que sus padres le cambiaran de la escuela pública al mejor colegio privado de Seattle. La calidad de esta escuela provocó que el joven Gates pudiera tener acceso a un ordenador que algún millonario acababa de donar a la institución. Pasaba mucho tiempo enganchado a esa rudimentaria y gigantesca máquina junto a un alumno dos años mayor que él: Paul Allen. Ambos competían por escribir los mejores códigos y pronto el pequeño destacó sobre el mayor. Su primer gran logro juntos fue en 1970: un programa para medir el tráfico de la ciudad que vendieron por unos 8.500 euros.
Bill Gates era un niño metódico, incluso tenía un contrato con su hermano mayor para usarle el guante de beisbol, y esta obsesión por la legalidad y claridad de las transacciones le sirvió de mucho en su futuro, así como el encontrar diversión en la competitividad, algo típico de su infancia y adolescencia. En el verano de 1972 trabaja temporalmente como ayudante en el Senado en Washington y en otoño, junto a Allen, pretende dejar el instituto para trabajar como informáticos.
La presión familiar le lleva a acabar sus estudios y entrar en Harvard en 1973 pero no le interesaba mucho, se pasaba el día -y en numerosas ocasiones toda la noche- en la sala de ordenadores, muchas veces jugando con ellos. También destacaba como jugador de póker. A finales de 1974 la llegada del primer “miniordenador” Altair 8800 llevó a que Paul Allen convenciera a Bill Gates de presentarse en la compañía fabricante y ofrecerse a crear el software, algo que consiguieron en dos meses.
Nace Microsoft
El éxito llevó a que dejara Harvard en el último año para disgusto de sus padres y creara junto a Allen (y en Alburqueque, sede de Altair) Microsoft en el verano de 1975. Ya entonces surgió una polémica muy actual: Bill Gates defendía que el software no debía ser pirateado sino que los creadores debían cobrar dinero por su uso, que no tenía sentido que se respetara la creación del hardware pero no la del software; algo que le enemistó con la “comunidad informática” y con el dueño de Altair, al que venció en un juicio.
Tras este conflicto, Microsoft se traslada a su ciudad, Seattle, y empieza a vender a otras empresas. La madre de Bill Gates, superado el disgusto por ver a su hijo abandonar los estudios (y 'perder' el dinero que había invertido en Harvard), utilizó sus contactos para que IBM -la en ese momento número 1 del mundo en venta de ordenadores- contactara con Microsoft a finales de 1980 para la creación de un nuevo sistema operativo.
IBM empezó ninguneando a Bill Gates, de apariencia infantil y larga melena, pero él les resolvió el problema rápidamente, compró un sistema operativo ya existente por unos cinco millones de euros y lo adaptó a los ordenadores IBM: se llamaba MSDos. Y consiguió un acuerdo por el que IBM tenía que pagar a Microsoft cada vez que instalaba su sistema en cada uno de sus ordenadores. Para colmo, al no haber establecido ninguna exclusividad, Microsoft siguió sirviendo a otras empresas de la competencia e incluso trabajó con la Apple del visionario Steve Jobs.
En 1983 Microsoft ya tenía el 30% del mercado mundial y Bill Gates aún no tenía ni 30 años. Aunque ya era millonario, no le gustaba hacer alardes y por ejemplo apenas viajaba en primera en los aviones. Era considerado un excéntrico que se dedicaba a preguntar a las chicas con las que salía acerca de su coeficiente intelectual. Algo que le marcó ese año fue que Paul Allen padeció el linfoma de Hodkings y aunque remitió, esto dejó solo a Bill Gates en el día a día de la compañía. En abril de 1984 era portada en la revista Times.
En 1986 lanza el Windows, que es recibido con frialdad por la crítica ya que, entre otras cosas, dicen que “el uso del ratón y los iconos es más aburrido que en el Macintosh de Apple”; de hecho el Windows estaba en parte basada en Macintosh pero la demanda judicial de Apple no prosperó ya que en su momento no había inscrito la patente del software y el producto final de Microsoft era diferente. Los consumidores también juzgaron y se decantaron por el sistema de Bill Gates.
En 1986 saco la compañía a Bolsa quedándose con el 45%, lo que le convertía en multimillonario con 31 años. Considerado por la competencia como despiadado y con grandes enemigos, ese año tuvo una prueba de fuego. Justo cuando el mercado de PCs había despegado, IBM se descuelga con su propio sistema operativo llamado OS2, que a su vez también había nacido gracias a aportaciones de Microsoft, lo que suponía un doble peligro para Gates: la competencia y la pérdida de un importante cliente. Pero los usuarios volvieron a decidir y cuando el 22 de mayo de 1990 aparece el Windows 3.0, Microsoft alcanza prácticamente el monopolio ante la caída de toda su competencia.
Batallas judiciales
Esto provoca la ira de muchos y en 1993 interviene el Departamento de Justicia de los EUA porque considera abusivo que Microsoft cobre a los fabricantes de ordenadores por todos los PCs que vendían aunque no tuvieran el software Microsoft.
Como estamos viendo, durante toda su trayectoria Microsoft ha vivido muchos pleitos judiciales -en todo el mundo y contra gobiernos y otras empresas como Sun Microsystems que le demandó por la utilización del JAVA- que ha solido perder a pesar de recurrirlos y alargarlos en el tiempo. El que para mí es más llamativo ocurrió el siglo pasado: Bill Gates no es capaz de valorar el auge de internet y el navegador Netscape le adelanta en ese terreno en 1997. Para contrarrestarlo decide predeterminar el Explorer con cada copia del Windows. Intervino de nuevo el Departamento de Justicia acusó y finalmente tuvo que vender Windows sin Internet Explorer o incluyendo Navigator, el explorador de Netscape.
La influencia de Microsoft en la popularización de los ordenadores personales y portátiles, gracias sobre todo a Windows, es enorme pero, a su vez, sin el éxito de esos aparatos, tampoco hubiera sido posible su crecimiento. Ofreció el producto ideal en el momento adecuado. Por eso su mayor mérito es mantener su enorme éxito tantas décadas después, tras tantas transformaciones y crisis, y que le hace ser la segunda cotizada, tras Apple, con mayor capitalización de la bolsa estadounidense.