Con unos meses de retraso, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha acudido a la Cámara Baja para evitar las enmiendas a la totalidad que ha presentado la oposición. Pero el ministro lo tiene claro: "El Gobierno no se la juega. Buena parte del rechazo a las cuentas está más relacionado con cuestiones políticas ajenas a nosotros que con el contenido del Presupuesto", ha dicho.
Ésta ha sido el primer dardo que ha lanzando el ministro a los partidos de la oposición. Y es que, aunque los Presupuestos son de transición y estarán solo en vigor seis meses, conviene sacarlos adelante por el prestigio del país y la imagen de estabilidad que tanto ha costado conseguir. Además, son las cuentas que necesita el país para seguir generando crecimiento y empleo, el objetivo prioritario del Gobierno y de las propias cuentas.
Además, permiten mantener el rumbo económico sin bandazos que hagan al país perder el norte. "A nadie le va mejor que a España en crecimiento y empleo, algo bueno estamos haciendo", ha dicho, tras asegurar que las cuentas de 2017 siguen luchando contra la crisis, pero apostando por el gasto social, las pensiones, la dependencia, la sanidad y la educación.
Eso sí, ha reconocido que no llevarán el país directo a la cima, aunque tampoco le conducirán al abismo, por lo que ha pedido a los grupos que abandonen este tipo de debate y se centren en lo que es mejor para España y para los españoles y no en ganar las batallas dialécticas.