La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha publicado su informe 'Tendencias mundiales del empleo juvenil 2017' con un dato bastante desolador: la pobreza de los trabajadores jóvenes a nivel mundial se sitúa en el 12,5% y la situación es "especialmente grave" en España y en Grecia, donde la tasa llega al 20%.
Y es que el paro juvenil sigue en cotas muy elevadas tanto en España como a nivel mundial y cerrará el año afectando a 70,9 millones de personas en todo el mundo. Aunque supone una mejora importante respecto al nivel más alto de la crisis (76,7 millones en 2009), en 2018 volverá a subir en 200.000 jóvenes, lo que situará la cifra total en 71,1 millones de desempleados.
Con estas cifras, la tasa mundial de desempleo juvenil será del 13,1% en 2017. Si analizamos el dato por regiones, la tasa de desempleo más alta se encuentra en los estado árabes, donde alcanza el 30%, aunque es importante destacar que en los países de la OCDE el 18% de los jóvenes desempleados lleva un año o más sin trabajar.
Por sectores, las parcelas de actividad que registraron la mayor tasa de crecimiento del empleo juvenil en las últimas décadas fueron las finanzas, el comercio y la salud. Y es que parece que los jóvenes tienen relativamente mayor facilidad con la tecnología que los trabajadores mayores y cada vez la aprovechan máspara ganarse la vida, aunque hay diferencias entre una región y otra en función de la difusión y el acceso digital.
Un 22% de ni-nis
Del informe se desprende otro dato bastante preocupante: la proporción mundial de jóvenes que no están empleados y no cursan estudios ni reciben capactiación roza el 22%. Y el 77% de estos jóvenes, son mujeres.
Y eso a pesar de que, según la OIT, cuanto más tiempo estudian los jóvenes, menos tiempo transcurre hasta que encuentran un empleo. Eso sí, teniendo en cuenta todos los niveles de educación, las transiciones de la escuela al trabajo son más largas en países en desarrollo que en países desarrollados.
Según sostiene la propia OIT, el crecimiento económico mundial sigue desconectado del crecimiento del empleo y la inestabilidad económica amenaza con revertir los logros alcanzados en materia de empleo juvenil. Y es que la relación de las tasas de desempleo jóvenes-adultos apenas ha cambiado a lo largo de la última década, lo que refleja las profundas desventajas de los jóvenes en el mercado de trabajo.
La situación es bastante peor entre las mujeres jóvenes
Además, el informe pone de manifiesto las persistentes vulnerabilidades que afectan a las mujeres jóvenes en el mercado laboral: la tasa mundial de participación en la fuerza laboral es 16,6 puntos porcentuales inferior a la de los hombres jóvenes, las tasas de desempleo son significativamente más altas y la brecha de género en la tasa de jóvenes que no trabajan, no estudian, ni reciben formación es aún más amplia.
La directora general adjunta de políticas de la OIT, Deborah Greenfield, ha considerado fundamental hacer frente a los desafíos a los que se enfrentan los jóvenes, hombres y myheres, no sólo a la hora de beneficiarse de un creciiento sostenible e inclusivo, sino también para el futuro del empleo y la cohesión social.