Tras 19 años desempeñando altos cargos al frente del banco, Alfredo Sáenz tiene reconocido unos compromisos por pensiones en la entidad por 88,1 millones de euros brutos, a cierre del ejercicio 2012. En términos netos, la cifra se rebajará en un 50% aproximadamente. Además, el banco tiene contratado un seguro de vida en favor de Sáenz por valor de otros 11,1 millones. La póliza solo podrá cobrarla en caso de invalidez, o sus herederos en caso de fallecimiento.
El ex CEO se incorporó al Grupo Santander en 1994 con ocasión de la adquisición de Banesto, desempeñando el cargo de presidente de dicha entidad hasta 2002, en que fue nombrado vicepresidente y consejero delegado de Banco Santander.
La renuncia de Sáenz se produce antes de que el Banco de España comunique si el directivo, condenado por el Tribunal Supremo pero indultado por el Gobierno socialista, podía continuar en el cargo, cuestión que analiza a la luz de la nueva normativa sobre honorabilidad de los directivos bancarios.
El pasado ejercicio, Sáenz percibió una retribución de 8,2 millones, un 29% menos que en 2011. Esta reducción se debe a que los dos principales ejecutivos de la entidad han decidido acortar su retribución variable en un 50%. De esta manera, el bonus de Botín en 2012 quedó fijado en 1,4 millones, mientras que el de Sáenz cayó desde los 7 millones hasta los 3,5 millones.
Los consejeros ejecutivos de Banco Santander reciben el 40% de la remuneración variable en el año, la mitad en efectivo y la mitad en acciones, y el 60% restante durante tres años, también a partes iguales en efectivo y acciones. Según los datos recogidos en la memoria del banco, el importe en efectivo recibido en 2012 por Emilio Botín por sus funciones ejecutivas fue de 1,62 millones de euros y de 4,4 millones de euros en el caso de Alfredo Sáenz.