Desmontar el victimismo de CiU se ha convertido en una prioridad para el Gobierno de Mariano Rajoy en un momento en el que Artur Mas está empleando como palanca del soberanismo la supuesta marginación que sufre Cataluña en el reparto de las inversiones procedentes del Estado. El presidente del Gobierno ha elegido a la titular de Fomento, Ana Pastor, entre otros ministros, para aplacar los ánimos del nacionalismo y fortalecer el ala de Convergencia que menos entusiasmo destila por la apuesta independentista.
El consejero de Territorio de la Generalitat, Santiago Vila, es una pieza clave en el engranaje menos soberanista de Convergencia y el Gobierno lo sabe. La ministra Ana Pastor, que mantiene con él una magnífica relación desde su nombramiento, negocia la forma de mejorar las inversiones para Cataluña previstas en los Presupuestos de 2014, pues todavía quedan por encajar las enmiendas en el trámite parlamentario y pueden desactivarse con ellas buena parte de las críticas con las que el Gobierno de Artur Mas ha recibido las cuentas del año que viene, utilizándolas también como pretexto para alimentar la ofensiva nacionalista contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Santiago Vila es el consejero más pragmático de la Generalitat y el que más choca con la apuesta soberanista de Artur Mas
Según los datos que maneja Fomento, los presupuestos de este Ministerio para Cataluña sumarán el año que viene 1.403 millones de euros, el 15% del total nacional, frente a los 1.220 millones de 2013 y los 1.323 de inversiones ejecutadas en 2012. La mayor parte del dinero se destinará al ferrocarril, más del 40%, y el resto a inversiones en puertos, carreteras y aeropuertos.
Desde la Generalitat se ha hecho otra lectura de estos Presupuestos, comparándolos con los destinados a otras comunidades. CiU ha destacado que hay territorios como Andalucía, que también se siente discriminada, Castilla y León o Galicia que se verán beneficiados el año que viene con creces por las inversiones en infraestructuras. Incluyendo los recursos que saldrán de Fomento y de Agricultura, los dos ministerios que más invierten, Cataluña quedaría un año más relegada, según los cálculos nacionalistas, con una caída de la inversión cercana al 25% si se compara con la de 2013.
La inversión estatal del año que viene para Cataluña supera los 1.400 millones de euros, pero la Generalitat se queja de que salen más benefiadas otras comunidades
La ministra Ana Pastor va a volcarse en neutralizar esta forma de leer los Presupuestos y aspira a negociar con el consejero Santiago Vila algunas mejoras aprovechando la flexibilidad y el margen que ofrece el proyecto de ley que se tramita en el Congreso y que verá su aprobación antes de Navidades.
De todos los consejeros que rodean a Artur Mas, Santiago Vila es el que reúne un perfil más pragmático. El responsable de Territorio de la Generalitat suele elogiar en privado, sin que le oigan mucho sus compañeros de Convergencia, la actitud dialogante de la ministra Ana Pastor y reconoce que ha abierto con ella una negociación muy útil para apurar todas las posibilidades que tiene el Ministerio de mejorar las infraestructuras de transporte en Cataluña. Su interés en reforzar la dotación presupuestaria proviene también de la necesidad que tiene de demostrar que le saca jugo a la buena relación de la que presume en su tierra con la titular de Fomento.
El consejero catalán del Territorio opina que ni a Rajoy ni a Mas les conviene precipitar la convocatoria de elecciones en Cataluña
A Vila se le ha escuchado confesar en Madrid, donde viaja con frecuencia, que tanto al Gobierno de Mariano Rajoy como al presidente Artur Mas, no les conviene para nada precipitar nuevas elecciones en Cataluña, ya que ERC sería la única fuerza que rentabilizaría el adelanto de los comicios. Además, Vila se ha aproximado bastante a las posiciones de Unió Democrática, el socio democristiano de Convergencia, sobre la necesidad de priorizar antes la salida de la crisis económica que el proceso soberanista, pues, en su opinión, Cataluña tendría mucho que perder si emprende una huida hacia no se sabe dónde y va a por todas. El consejero justifica su actitud con el argumento de que entenderse con Madrid es el único camino para superar el histórico déficit de infraestructuras del que se queja su comunidad.
“Tengo la convicción de que solo puede ir a por todas aquel que no tiene nada que perder. Y como país, como catalanes, tenemos mucho que perder. Los últimos 30 años, han sido los mejores de la historia de Cataluña y de España”, defendió en un reciente desayuno, en contraste con el discurso que ahora se entona desde la Generalitat.