Economía

Prisa busca un pacto con Godó y los Montiel antes de crear su división mediática

El alto mando del Grupo Prisa trabaja desde hace unos meses en un proyecto que supondrá un punto de inflexión en la historia de la compañía. Será el que implicará

  • Sede de Prisa. -

El alto mando del Grupo Prisa trabaja desde hace unos meses en un proyecto que supondrá un punto de inflexión en la historia de la compañía. Será el que implicará la división de sus activos en dos empresas independientes: una, con Santillana; y otra, con su área de medios de comunicación. Según han explicado a Vozpópuli varias fuentes implicadas en esta operación, el proceso será más lento de lo esperado e implicará solucionar los problemas de deuda y llegar a un acuerdo con los accionistas minoritarios. Nada será inminente.

Entre quienes se encuentran en el cuadro de socios de los medios de comunicación está el Grupo Godó, que posee el 20% de las participaciones de Prisa Radio desde 2006, cuando los Polanco y el conde barcelonés acordaron la creación de Unión Radio a partir de las antenas de la Cadena SER, Antena 3 y el Grupo Latino de Radio.

Desde la compañía hoy capitaneada por Carlos Godó, pero en la que su padre, Javier, tiene un poder de decisión fundamental, llevan varios meses analizando las formas de expandir su negocio más allá de Cataluña, tanto en el terreno de los medios de comunicación como en otros sectores estratégicos. De hecho, en su sede central hay una unidad destinada a buscar oportunidades de inversión, explican fuentes internas.

Hace tres años, expresaron su interés en adquirir una participación de alrededor del 30% de El Economista, pero la operación no fructificó; y a principios de 2021 realizaron una tímida tentativa, pero sin que se concretara en nada. En ese tiempo, plantearon la posibilidad de crecer dentro del accionariado del Grupo Prisa dada la oportunidad que se abría ante el cambio estructural que realizará la editora de El País próximamente.

La estrategia de Godó en Prisa

En un primer lugar, se planteó la idea de hacer una oferta a Telefónica por su participación (9,4%), pero se desechó. Posteriormente, se analizó la posibilidad de hacer lo propio con el 4% de Santander; y, ahora, se han mantenido conversaciones informales –en estado muy inicial- sobre el porcentaje de Prisa Media que tendrá Godó cuando se cree esta compañía; que, cabe recordar, aglutinará los activos de El País, As, Cinco Días, Prisa Radio y los medios de comunicación en Latinoamérica.

La lógica de Godó es clara: tras alcanzar el liderato digital de audiencias con La Vanguardia y deshacerse de la deficitaria 8TV, es momento de expandirse fuera de las fronteras catalanas para incrementar la dimensión de la compañía, pues, en un mercado maduro, los medios de comunicación dejan márgenes muy reducidos.

Ahora bien, accionistas de Prisa consultados por este diario dudan que Godó llegue a tomar cualquier participación de control en la compañía de los Polanco. Entre otras cosas, por las trabas políticas que encontraría a que la estrategia del periódico más leído y la radio más escuchada se marcara desde fuera de Madrid.

Otro de los accionistas con los que deberán conversar los nuevos responsables de Prisa serán los Montiel, es decir, los antiguos dueños del diario As, que conservan alrededor de una cuarta parte de las participaciones del periódico deportivo a través de dos sociedades: HM& Dashold S.L.; y Vitelu Inversiones S.L.

La deuda de Prisa en 2021

Entre tanto, en los cuarteles generales de Prisa se trabaja para resolver el gran problema que impide la segregación de los activos del grupo: su elevada deuda, que está refinanciada hasta 2025, pero que asciende a 660 millones de euros.

Este factor hace difícil la consumación de este plan, dado que Santillana y Prisa Media deberán repartirse las obligaciones financieras del grupo y cualquier decisión errónea a la hora de asignar el porcentaje de deuda podría condicionar el futuro, bien de los medios de comunicación o bien del negocio de la educación. Todo ello, por supuesto, deberá contar con el visto bueno de la banca acreedora.

Este factor también podría generar fricciones entre los accionistas, entre los que se encuentran varios fondos de inversión anglosajones, árabes y latinoamericanos; la multinacional francesa Vivendi, Telefónica, Santander y la familia Polanco.

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