La Asociación Económica Integral Regional (RCEP), el mayor tratado de libre comercio del mundo que entró este sábado en vigor, es recibido con esperanza en los 15 países firmantes de Asia-Pacífico, incluida China, aunque también tiene sus detractores.
Estados Unidos es el gran ausente de este megatratado comercial que aspira a eliminar barreras al comercio, bajar aranceles y potenciar la economía digital en un momento en que los países de la región necesitan estímulos para remontar los efectos de la pandemia.
Sin embargo, federaciones de sindicatos y agricultores temen que la RCEP también provoque una mayor privatización de los servicios públicos y el desamparo de los pequeños negocios y agricultores ante las multinacionales.
El tratado, firmado el 15 de noviembre de 2020, entra en vigor tras ser ratificado por al menos seis firmantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), así como otros tres signatarios fuera del bloque.
Estas son las principales claves de este gigantesco acuerdo comercial:
¿Qué es el RCEP y cuáles son sus países miembros?
La RCEP es un acuerdo económico que busca eliminar los aranceles y cuotas en el 65 % de los productos, que se ampliará al 90 % en 20 años, y otras barreras al libre comercio.
El tratado aborda la propiedad intelectual y disputas comerciales, entre otros asuntos, pero no contiene regulación sobre los derechos laborales y el impacto medioambiental.
La RCEP comenzó a negociarse en 2012 en el seno de la ASEAN con otros países con los que el bloque ya tenía tratados de libre comercio (TLC): Australia, China, Corea del Sur, Japón, India, Nueva Zelanda.
El 2019, la India decidió salirse del acuerdo para proteger su mercado y a sus trabajadores ante el temor a verse inundada de productos más baratos, principalmente de China. Los países firmantes han dejado las puertas abiertas a India si quiere ingresar en el acuerdo en el futuro.
Por parte de la ASEAN están representados Birmania (Myanmar), Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.
El tratado en cifras
Tras la salida de la India, la RCEP quedó algo mermada, aunque se estima que el producto interior bruto (PIB) combinado de los países firmantes asciende a unos 26,2 billones de dólares (22,14 billones de euros), lo que equivale al 30 % del PIB global.
El acuerdo representa cerca del 25 % del comercio mundial y un mercado de unos 2.300 millones de personas, cerca del 30 % de la población mundial, en la región con mayor crecimiento económico del mundo.
Comparación con el CPTPP o TPP-11
La RCEP es comparada a menudo con el Acuerdo Comprensivo y Progresivo Transpacífico de Cooperación Económica (CPTPP, en sus siglas en inglés), cuyas medidas son más amplias, pero solo representa el 13,4% del PIB global.
El CPTPP, firmado en 2018, incluye a Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Contó en principio con Estados Unidos, pero este país abandonó el tratado por decisión del presidente saliente, Donald Trump, por lo que también es conocido como el TPP-11.
Rivalidad entre China y EEUU
La RCEP incrementará las oportunidades comerciales de China en Asia-Pacífico en detrimento de Estados Unidos y se trata del primer TLC multilateral al que se suma Pekín, que podrá aumentar sus exportaciones gracias a la rebaja de los aranceles.
La llegada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero de 2017 supuso un cambio hacia el proteccionismo en la política económica estadounidense bajo el lema "America First" ("América primero") y el inicio de una guerra comercial con China.
Algunos sectores de Estados Unidos han urgido al actual presidente estadounidense, Joe Biden, a que se vuelva a integrar en el CPTPP, pero este no ha mostrado ninguna prisa por hacerlo.
Críticas
La RCEP es bienvenida por los líderes de la región y por muchos empresarios como una herramienta para aumentar el comercio y reactivar las economías de la región en medio de la covid-19.
Sin embargo, algunas organizaciones no gubernamentales han criticado la falta de transparencia y que beneficie supuestamente más a las grandes empresas que a los pequeños productores, principalmente en el sector agrícola.
"Los gobiernos han dado posiciones privilegiadas a los grupos de presión de las grandes empresas a expensas de los principios democráticos básicos", criticó Sara Elago, parlamentaria filipina y miembro de Parlamentarios de la Asean para los derechos humanos (APHR, en inglés).
"No hubo una consulta popular seria, sin supervisión de los parlamentos y ni siquiera el testo del acuerdo ha estado disponible al público", añadió Elago.