El regulador financiero de Reino Unido, la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA), envió una carta el pasado día 31 de marzo a Santander UK -al igual que a otras entidades financieras del país- en la que solicitaba a la entidad española suspender el pago de dividendos y la recompra de acciones hasta finales de este año. Además, el organismo requirió al banco presidido por Ana Botín que no pagara en los próximos meses "bonus en efectivo a la alta dirección".
El impacto de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 en el sistema financiero está provocando que reguladores europeos y nacionales insten a las entidades a tomar medidas como la cancelación de dividendos o la suspensión de bonus. El regulador británico ha dado un pasó más, al requerir también la suspensión en los próximos meses de pagos de bonus.
El Banco Central Europeo, el pasado 27 de marzo, publicó su Recomendación 2020/19 en la que reclamaba a las entidades financieras que, al menos hasta el próximo 1 de octubre de 2020, no paguen, ni asuman compromisos irrevocables de pagar, dividendos con cargo a los ejercicios financieros de 2019 y 2020, así como que se abstengan de llevar a cabo recompras de acciones destinadas a remunerar al accionista.
En un escenario de recuperación en forma de V, Santander estimó el 17 de marzo un impacto negativo del 5% sobre el resultado de este año
Santander ya comunicó el 23 de marzo que el consejo de administración consolidaría "cualquier pago de
dividendo correspondiente a 2020 en un solo abono a realizar en mayo de 2021" y que propondría a la junta la cuantía final a pagar una vez que conociera el impacto que haya tenido la pandemia.
Santander tomó en consideración la recomendación comunicada por el BCE el pasado 27 de marzo, y cinco días después, el 2 de abril, el consejo de administración informó de su decisión de cancelar el pago del dividendo complementario de 2019 así como la política de dividendo para 2020.
La intención del primer banco español es ahora no proponer la distribución de dividendos a los accionistas "hasta que no exista mayor visibilidad sobre los efectos de la crisis de la Covid-19 y se conozca el resultado del ejercicio del 2020".
En documentación recientemente enviada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Santander indica que, además, "no puede descartarse que en un futuro no vayan a aplicarse nuevos requisitos regulatorios adicionales".
El grupo ha creado un fondo financiado con la reducción de la retribución del consejo y dirección de al menos 25 millones
Santander ha creado un fondo para todo el Grupo, financiado con la reducción en la retribución del consejo y
de la alta dirección, y al que también podrán hacer aportaciones el resto de empleados, para facilitar material y equipamiento médico que ayude a frenar la propagación del virus, que espera poder alcanzar al menos un importe inicial de 25 millones.
Ana Botín, y el consejero delegado, José Antonio Álvarez, han rebajado su retribución de 2020 (fija y variable) un 50%.
Impacto de la Covid-19
El 17 de marzo de 2020 Santander comunicó que, aun siendo pronto para estimar el impacto de la Covid-19, no esperaba un impacto material en la actividad del primer trimestre 2020 derivado del coronavirus.
En un escenario en forma de V de impacto leve, Santander estimó a dicha fecha un impacto negativo del orden del 5% sobre los resultados del ejercicio 2020, "todo ello sin tener en cuenta medidas mitigadoras".
Un incremento del proteccionismo a raíz de la crisis sanitaria podría tener un efecto adverso en el negocio de Santander, indica el grupo
Pero ahora las previsiones sobre el impacto de la crisis sanitaria en el negocio del grupo son más difusas. Santander, a fecha 7 de abril, el martes pasado, indica que debido "a la elevada incertidumbre y lo cambiante de la situación" el grupo "no ha comunicado una nueva estimación del impacto".
Santander explica que la disminución de la actividad económica y del comercio internacional por los efectos de la Covid-19 "está teniendo un impacto negativo material en las economías de los países en los que opera el Grupo".
Este deterioro de la situación económica, añade la entidad, "unido al impacto negativo que podría producirse por un incremento del proteccionismo, de las tensiones comerciales internacionales o de las barreras a la inmigración", podría tener "un efecto adverso material en los resultados operativos, situación financiera y perspectivas de negocio del Grupo".