Naturgy registró un beneficio neto ordinario en el primer semestre de 2019 de 690 millones de euros, un 30% por encima del logrado en el mismo del año anterior, una vez descontado el efecto de la revisión del valor de activos, que llevó a la compañía a registrar pérdidas contables superiores a los 3.000 millones de euros.
La energética que preside Francisco Reynés ha cerrado el primer año de implementación de su plan estratégico 2018-2022 con una cifra de inversiones de 2.000 millones de euros, de los que 700 millones se corresponden con los seis primeros meses del presente año. El principal destino ha sido la cartera de proyectos renovables del grupo, así como sus negocios de redes de distribución eléctrica, que han supuesto aproximadamente el 70% del total desde que se inició el plan.
La compañía admite en un comunicado que acompaña a los resultados que ha priorizado en estos momentos la preparación de las alegaciones a las propuestas de retribuciones de las redes de transmisión y distribución de electricidad y gas para los próximos periodos regulatorios por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Las citadas propuestas incluyen notables recortes, especialmente en lo que se refiere a las actividades de transporte y distribución de gas, lo que ha llevado a Nedgia, filial de distribución de Naturgy, a suspender temporalmente sus inversiones a la espera de conocer cuál será el definitivo marco regulatorio.
Por su parte, el Ebitda ordinario alcanzó los 2.150 millones de euros tras descontar los efectos extraordinarios de los costes de captura de 110 millones de euros en los que la compañía ha incurrido como parte de su plan de eficiencias. La deuda neta del grupo ha descendido un 3%, hasta 14,826 millones de euros, toda vez que Naturgy se ha centrado más en la generación de caja.
