Ryanair señala el aeropuerto de El Prat en Barcelona como uno de los más problemáticos de la Unión Europea en 2019. La falta de personal en su torre de control obligará a recortar un 8% el volumen de vuelos que puede gestionar cada controlador, lo que aumentará los retrasos en los vuelos, según estima la aerolínea en un informe sobre Retrasos y Soluciones del Control de Tráfico Aéreo Europeo (ATC).
Concretamente, hasta abril se ha registrado ya un 172% más de demoras en El Prat respecto a 2018. Junto a éste cita a otros siete aeropuertos de la Unión Europea especialmente conflictivos: los de las ciudades alemanas Karlsruhe, Langen, Bremen, donde se recortará la capacidad de gestión un 20% respecto al año anterior; y los aeródromos franceses de Marsella, Burdeos, Brest, Reims, con un 30% menos.
Ya en junio del pasado año las huelgas de pilotos y controladores en Marsella pasaron factura al sector turístico español. Una escena que se volvió a repetir este 8 de mayo, cuando varios aviones sufrieron retrasos en los aeropuertos nacionales por los paros de los controladores franceses; y el lunes 13, cuando se cancelaron 12 vuelos en España de diferentes compañías por una huelga imprevista del mismo colectivo en Bélgica.
El doble de retrasos en 2019
En total, según el citado documento, los retrasos de vuelos en la Unión Europea crecerán un 30% este año hasta los 38 millones de minutos, o lo que es lo mismo, 633.333 horas. Esto es el doble que en 2018 (19,1 millones de minutos o 318.333 horas), cuando también se duplicaron respecto a 2017 por la escasez de personal y las huelgas.
De hecho, en el primer trimestre del año las demoras ya han aumentado un 31% y, para más inri, el tráfico también se incrementará un 3% este año en toda la UE. Ryanair responsabiliza a los Estados miembros de esta problemática al haber aprobado unos "objetivos débiles" para el desempeño del control aéreo: si antes era de un máximo de medio minuto de retraso por vuelo, ahora se ha aumentado a 0,9 minutos.
Como soluciones, la aerolínea propone minimizar el impacto de las huelgas protegiendo los vuelos, acortar los tiempos de formación de personal de control aéreo de 3 a 2 años y que la Organización Europea para la Navegación Aérea (Eurocontrol) tenga un sistema de ATC único y centralizado, "haciendo que el espacio aéreo de la UE sea internacional".
En este último sentido, sugiere que un proveedor de servicios de navegación aérea (ANSP) proporcione el servicio de control durante la escasez de equipo o que los sistemas de control sean interoperables, permitiendo la movilidad del personal.