El desarrollo de la red de AVE sigue dejando un reguero interminable de pérdidas para el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), aunque su filial de alta velocidad logró recortar los números rojos en la primera mitad del año en relación con el mismo periodo de 2016. Entre enero y junio de 2017, Adif Alta Velocidad registró pérdidas de 126,12 millones de euros, un 10% que las obtenidas en los seis primeros meses del año anterior.
Una sangría que se viene repitiendo desde la creación en 2014 de la filial, que aglutina los activos relacionados con la red de alta velocidad ferroviaria, que continúa desarrollándose conforme a los objetivos marcados por el Gobierno.
El leve descenso de las pérdidas no oculta una preocupante situación financiera que está llevando a la empresa a incrementar su endeudamiento. En este sentido, el fondo de maniobra negativo de Adif Alta Velocidad se situó al cierre del primer semestre del año en 884 millones de euros, lo que significa que se incrementó 2,3 veces en relación con el registro de finales de 2016.
En las cuentas semestrales de la compañía, a las que tuvo acceso Vozpópuli, Adif Alta Velocidad explica que la emisión de bonos por valor de 600 millones de euros del pasado 5 de julio y el préstamo del Banco Europeo de Inversiones (BEI, el principal acreedor de la empresa) de 80 millones de euros, destinado a financiar el programa de seguridad para introducir el sistema de frenado ERTMS en la red, han hecho que se pueda afrontar la segunda mitad del año sin tensiones de tesorería.
Una deuda por encima de 14.000 millones
La compañía que gestiona la red de alta velocidad en España, la segunda del mundo por su tamaño (tras la de China), con una extensión superior a los 3.100 kilómetros, acumula una deuda superior a los 14.000 millones de euros, lo que hace que sólo los costes financieros supongan gastos en el entorno de los 400 millones de euros anuales, lo que compensa buena parte de los ingresos, provenientes de los cánones que percibe Adif por el uso de la infraestructura (y que, en el caso de la de alta velocidad, proceden exclusivamente de Renfe, por ahora el único operador autorizado a prestar este tipo de servicio).
En el primer semestre del año, estos ingresos se fueron hasta los 265 millones de euros, un 2,7% por encima de los registrados en el mismo periodo de 2016.
No obstante, el balance de la compañía cuenta con el visto bueno de Grant Thornton, firma encargada de su auditoría, que recientemente aprobó el correspondiente informe sin salvedades. Sin embargo, sí reflejó un párrafo de énfasis en el que dio cuenta de las provisiones que la compañía ya mantiene desde el pasado año para cubrir el posible impacto de los diferentes litigios que mantiene con grupos constructores a causa de diversas incidencias en las obras del AVE.
Al cierre del trimestre, estas cantidades ascienden a casi 300 millones de euros. Además, Adif Alta Velocidad también cuenta con litigios pendientes por expropiaciones cuyo riesgo estima en 212 millones de euros. En este caso, la compañía estima que estas cuestiones se resolverán en el corto plazo y, además, de forma favorable, con lo que ha optado por no provisionar esta cantidad.