Tras la gran pérdida de tejido empresarial que sufrió España en 2020, con motivo de la pandemia, 2022 volvió a estar marcado por la destrucción de empresas. El año se cerró con 2.500 menos inscritas en la Seguridad Social que en diciembre de 2021, un ejercicio en el que, aunque no se consiguió recuperar el nivel de 2019 (el año acabó con alrededor de 8.000 empresas menos), la evolución anual fue positiva.
De esta forma, pese al crecimiento económico del país (que el Gobierno sitúa por encima del 5%), la guerra, la inflación y el fin de la moratoria concursal provocaron un deterioro adicional en el tejido productivo, con 1.329.897 empresas a finales de diciembre de 2022, frente a las 1.340.415 que había en el mismo mes de 2019, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Es decir, 10.500 menos.
La destrucción de empresas se localiza en las micropymes, aquellas de menos de 10 trabajadores. Estas ya fueron las más perjudicadas en la crisis sanitaria, y lo siguen siendo ahora. En concreto, se han perdido 7.413 empresas de menos de 10 trabajadores respecto a diciembre de 2021. Por contra, las grandes han salido reforzadas: hay 4.920 más. El saldo entre unas y otras resulta negativo en 2.493 compañías.
De esta forma, España cerró el año con 700.932 empresas de 1 a 2 trabajadores, 297.698 de 3 a 5 empleados, 137.814 de 6 a 9 trabajadores. Ya en un rango de pequeña empresa (de 10 a 49 trabajadores) se posicionan 162.157, mientras que las medianas (entre 50 y 249 trabajadores) ascienden hasta las 26.041. Finalmente, 2.822 empresas tienen entre 250 y 499 empleados y otras 2.433 más de 499 trabajadores.
Hace unos días, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) reiteró que "existe una brecha cada vez más acentuada entre la realidad de las medianas y de las pequeñas empresas que, en general, se ven más afectadas" por "los elevados costes que tienen que afrontar, en un contexto de menores ventas y de pérdida de productividad".
Las ventas de las empresas pequeñas en el tercer trimestre son un 3,8% más bajas que las de tres años antes y 1,6% inferiores a las de hace cuatro años. En cambio, para las empresas medianas, la diferencia entre las ventas actuales y las del tercer trimestre de 2019 es negativa en solo un 0,8% y superan en un 1,5% a las de 2018.
En paralelo, los costes totales (insumos, laborales y de los servicios) también aumentan más para las pequeñas compañías (25,8%) que para las medianas (20,3%), según pone de manifiesto el Indicador CEPYME sobre la Situación de la Pyme correspondiente al tercer trimestre de este año.
"Esto confirma que la capacidad de resistencia de las empresas a un entorno económico adverso tiende a ser mayor cuanto más grande es el tamaño de la firma", concluye la patronal. En este sentido, las empresas pequeñas que han resistido a las crisis y continúan con su actividad, han reducido sus plantillas a una media de 5,87 trabajadores, el menor tamaño en un lustro, según revela Cepyme.
Ante esta situación, las pymes reclaman no incrementar más los costes de las empresas y cautela en la toma de medidas para no perjudicar al tejido empresarial. "En 2023 el Gobierno incrementará de nuevo las bases de cotización y los tipos por primera vez desde que se aprobara la Ley General de Seguridad Social", recuerdan.