El Banco de Inglaterra volverá a realizar los test de estrés tras tres años de parón. Barclays, HSBC, Lloyds Banking Group, Nationwide, NatWest Group, Santander UK, Standard Chartered y Virgin Money UK son las entidades que tendrán que pasar la revisión del supervisor inglés, ya que son los ocho bancos más grande del país y suponen el 75% de los préstamos concedidos.
Este nuevo test será más duro si cabe que el último realizado en 2019, donde se puso a prueba la resistencia de los banco a la ruptura de Reino Unido con la Unión Europea. Por ese entonces, el Santander superó la prueba, pero en esta ocasión entran en juego muchas más deribadas que hace tres años.
Hay que tener en cuenta que ahora los bancos están muy precionados por el brexit, la pandemia, la inflación desbocada por la invasión de Ucrania y más recientemente, la crisis de la libra, ante la alta incertidumbre que existe en los mercados británicos por la intervención del banco central. La situación en el país es tan compleja que hasta los propios bancos han dejado de ofrecer hipotecas.
Cabe recordar que desde 2019, los bancos más grandes del Reino Unido se vieron ibligados a separar los servicios básicos de banca minorista de sus actividades bancarias internacionales y de inversión, con el fin de proteger a la banca minorista de las perturbaciones que se originan en otras partes del grupo y en los mercados financieros mundiales.
Los test de estrés trabajarán con un escenario adverso en el que los tipos de interés suben al 6% en Reino Unidos y se reducen gradualmente a menos del 3,5%. El PIB del país se contrae un 5% y el del mundo un 2,5%; el desempleo se duplica con creces hasta el 8,5% y los propiedades residenciales caun un 31%.
Los resultados de la prueba se publicarán en el verano de 2023 y, junto con otra información relevante, se utilizarán para ayudar a informar los colchones de capital de los bancos.
Problemas en Reino Unido
El desplome de la libra y el encarecimiento de la deuda forzaron este miércoles al Banco de Inglaterra a iniciar una compra de bonos soberanos de emergencia ante el "riesgo material para la estabilidad financiera" del Reino Unido, y llevaron al FMI a pedir al Gobierno que reevalúe sus planes fiscales.
Para tratar de frenar la sangría en los mercados, la autoridad monetaria del Reino Unido anunció un programa de compra inmediata de deuda pública a largo plazo con el objetivo de "restablecer unas condiciones de mercado ordenadas".
A pesar de las especulaciones en el mercado sobre una posible subida de emergencia de tipos de interés, el banco ha rechazado hasta ahora una reunión extraordinaria del comité de política monetaria.
El último incremento de tipos -de 0,50 puntos, hasta el 2,25%- se produjo el jueves, antes de que se desataran las turbulencias, y la entidad apuesta por posponer cualquier decisión hasta la reunión ordinaria del 3 de noviembre.