La oficina de Consumo de Nueva York (DCA, en sus siglas en Inglés) ha solicitado información al Banco Santander tras detectar que algunos concesionarios del país están ofreciendo créditos indirectos de alto riesgo para la compra de coches usados con un esquema similar al de las hipotecas basura.
La comisaria de la DCA, Julie Menin, anunció que estos concesionarios podrían haber incurrido en unas "prácticas ilegales y abusivas" en los últimos tres años a través de estos préstamos "subprime" dirigidos, sobre todo, a neoyorquinos con rentas bajas. Por lo que la DCA está investigando estas prácticas y ha solicitado información a Santander Consumer USA como agente de cobro de deudas.
Según un comunicado, el 88 % de los préstamos ofrecidos para compra de coches usados eran de alto riesgo y añadían altas primas al usuario sin previa advertencia. .
Según el comunicado de la DCA, la legislación de Nueva York requiere que los vendedores de coches, al recomendar un método de financiación, deben especificar el tipo de interés al que será concedido el préstamo, pero las investigaciones sugieren que en estos casos no sucedía así.
Préstamos a 2 millones de estadounidenses
"Los vendedores dirigían a los consumidores a préstamos muy costosos que solo beneficiaban al vendedor y, finalmente, perjudicaban al consumidor", asegura el comunicado, que explica que el Santander ha concedido estos préstamos a más de 2 millones de estadounidenses, en colaboración con 14.000 vendedores de coches, docenas de ellos en Nueva York.
"Para muchas familias, especialmente aquellas con pocos ingresos, la compra del coche es una de las más importantes que realizan y si recurren a préstamos de alto riesgo es porque ya tienen problemas económicos", apuntó Manin. "Los estudios demuestran que los préstamos de algo riesgo, que han sido culpados por la crisis hipotecaria de Estados Unidos, están creciendo a un ritmo preocupante de más del 130 % desde la crisis financiera", completó.
La DCA asegura que este caso va a ser llevado con un "método de investigación innovador y agresivo" para estudiar las prácticas de venta de coches de segunda mano y su vinculación con las entidades bancarias.
La investigación, abierta el pasado julio, ha revisado las actividades de 500 vendedores de coches, de los cuales 200 han sido citados ante las autoridades para que presenten documentos para aclarar más de 170 violaciones registradas solo el año pasado.
"La DCA quiere asegurarse de que los neoyorquinos pueden comprar coches usados con seguridad, sabiendo que el coche que compran y el préstamo que usan para pagarlo no tendrán problemas ocultos", concluye el comunicado.