El Gobierno ultima el Plan de Energía y Clima, que marcará la senda del Estado hacia la consecución de los compromisos medioambientales adquiridos en el marco de la transición energética. Un plan que podría dejar fuera de la ecuación a la energía nuclear, por cuyo cierre definitivo ha apostado, al menos de forma verbal, el Ministerio de Transición Ecológica. Ante este escenario, la industria nuclear plantea que su papel será fundamental para cumplir con los citados compromisos, dada su condición de tecnología libre de emisiones.
Foro Nuclear, la patronal de la industria, ha presentado un adelanto del balance del pasado ejercicio, en el que volvió a ser la tecnología que más energía eléctrica generó, un 20,3% del total, de acuerdo con los datos de Red Eléctrica. En un encuentro con la prensa, su presidente, Ignacio Araluce, llamó la atención sobre el hecho de que la tecnología nuclear generó un tercio de la energía eléctrica limpia y que, por lo tanto, su papel será fundamental en la transición para cumplir con el objetivo de reducción de emisiones.
Para alcanzar esta meta, España debe reducir el total de sus emisiones de gases contaminantes (no sólo las relacionadas con la generación de electricidad) un 20% respecto a las que registraba en 1990. Las emisiones actuales se encuentran un 17% por encima de las de aquel año, por lo que la reducción debe ser del 37%. Sin embargo, para el caso de la energía eléctrica, la cifra se va hasta el 70%.
"Esto supone sustituir 70 gigawatios/hora que actualmente se generan con tecnologías contaminantes por energía limpia, lo que obligaría a multiplicar por más de dos la actual producción de electricidad con renovables", calculó Araluce.
Repercusión en el precio
Pero si las centrales nucleares comienzan a cerrar, el esfuerzo tendrá que ser aún mayor, puesto que las renovables tendrán también que ocuparse de los cerca de 60 gigawatios/hora generada por la nuclear. "La producción con renovables tendría que triplicarse de aquí a 2030, lo que sería francamente complicada", concluyó el presidente de Foro Nuclear.
La patronal considera que, en este caso, el Gobierno se enfrenta a una disyuntiva, toda vez que el objetivo de reducir emisiones choca con la intención de cerrar las centrales nucleares cuando lleguen al final de su vida útil, lo que sucederá en todos los casos a lo largo de la próxima década.
No obstante, no está claro que el Plan de Energía y Clima vaya a establecer un calendario concreto para el futuro de las centrales nucleares. En este escenario, las propietarias de las plantas están planteándose la solicitud de las licencias para prolongar su operación, lo que también dependerá del contenido del plan.
Foro Nuclear también destaca que la tecnología nuclear también es la que garantiza más horas de producción, lo que redunda en favor de la seguridad del suministro. Araluce recordó que el fin de las nucleares también tendría un efecto inflacionista en el recibo eléctrico. "La energía nuclear entra en el mercado a precio cero debido a la poca flexibilidad de las centrales a la hora de parar y volver a ponerse en marcha. A largo plazo, la luz será más barata porque será producida de forma mayoritaria con tecnologías renovables. Pero ahora se trata de ver cómo se hace la transición".