Khalifa Haftar, uno de los señores de la guerra en Libia, con poder militar en la zona, ha dictado el cierre del campo petrolero de Libia. Se trata de una venganza por la retención de su hijo en territorio europeo el pasado 2 de agosto a petición de la Guardia Civil española por supuesto blanqueo de capitales—por el que no hay causa abierta por le momento— , ya que el de Sharara es el mayor yacimiento de Repsol en el país, con una producción diaria de 260.000 barriles.
Saddam Haftar, hijo de general Khalifa Haftar fue retenido por la policía de Italia en el aeropuerto de Capodichino (Nápoles) cuando se disponía a volver a su país en jet privado. El enfado se ha saldado con la limitación de la producción diaria a un 11,5%, solo 30.000 barriles, muy lejos de los 1,8 millones que salían de la refinería en 2011 durante el mandato de Muamar Al Gadafi.
El yacimiento lo explota la compañía Akakus, participada conjuntamente por la Corporación Nacional Libia de Petróleo con Repsol, TotalEnergies, OMV y Equinor.
Mientras esta maniobra de presión tiene lugar contra España, el hijo del militar, de 33 años, ha sido ascendido a Jefe de Estado Mayor de las fuerzas terrestres y cuenta con todas las papeletas para ser su sucesor.
En Libia hay actualmente dos Gobiernos rivales al frente del país: el de Abdelhamid Dabeiba (GNU), reconocido por la comunidad internacional, y el de Bengasi, dirigido por Osama Hamad bajo la tutela del mariscal Haftar, que vuelve a atacar los intereses de España después de que el pasado enero la Policía Nacional confiscó un cargamento militan que se iban a enviar a los Emiratos Árabes Unidos y a la milicia de Saddam Haftar. En esa ocasión, el general libio cerró igualmente el campo petrolero de Sharara.