El coste laboral medio para las empresas de un trabajador se situaba a cierre del primer trimestre de este año, en 2.606 euros mensuales, un 1,4% más que en el mismo periodo de 2020. El coste salarial por trabajador y mes, una vez descontadas las cotizaciones obligatorias, las percepciones no salariales y las subvenciones y bonificaciones (698 euros), se reducía a 1.908 euros. Son datos de la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se publicó en junio pasado.
Si de esta última cifra se excluye el factor variable de los salarios, como pagos extraordinarios o atrasados, el coste salarial ordinario del primer trimestre de este año se situó en 1.712 euros mensuales. Teniendo en cuenta que en marzo de 2016, hace cinco años, y siempre según los datos del INE, estaba en 1.635 euros, la subida global en este periodo ha sido del 4,74% para la media de las distintas actividades de la economía española. Entre 2016 y 2021, el Salario Mínimo Interprofesional se ha elevado en un 34,23%, a una velocidad siete veces superior.
El jueves de la próxima semana, el INE dará a conocer los resultados de la encuesta correspondiente al segundo trimestre del año, que, por mucho que haya cambiado en la buena dirección el contexto económico general entre abril y junio, no diferirán sustancialmente de los de marzo pasado, teniendo en cuenta que la variación interanual del coste salarial ordinario fue del 1,1%, aunque contendrán la parte proporcional de la paga extraordinaria de junio.
Con esta realidad, un paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal de 3.333.915 personas y de 3.543.800, equivalente al 15,26% de la población activa, según la última EPA del INE, y más de 5,6 millones de personas buscando empleo, Gobierno y sindicatos siguen negociando una subida del SMI para los tres últimos meses del año, de la que se han desmarcado las patronales CEOE y CEPYME.
Propuesta del Gobierno
El Gobierno ofrece un incremento de entre 12 y 19 euros mensuales, que elevaría el SMI hasta una franja de 962-969 euros, mientras CC OO y UGT piden un aumento de entre 25 y 30 euros (975-980 euros), además de un compromiso para llevar el salario mínimo a los 1.000 euros mensuales el próximo año (14.000 euros anuales brutos). Si se acaba confirmando la subida que propone el Gobierno, el incremento del SMI en los últimos cinco años se elevaría a entre el 35,93% y el 36,92%.
Es cierto que el Salario Mínimo Interprofesional estuvo desatendido desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2008. En ese año, el SMI estaba situado en 624 euros mensuales, el equivalente a 8.736 euros brutos anuales. Venía de subir un 4% en relación con el año anterior y de haber registrado incrementos interanuales del 6,6%, 4,5%, 5,4%, 5,5% y 5,2% en los cinco años anteriores, desde el año 2004, cuando se elevó en 30 euros mensuales, hasta un total de 490 euros.
Entre los años 2008 y 2015, el SMI apenas aumentó en 31,20 euros mensuales, hasta situarse en 655,2 euros o 9.172 euros anuales a finales del periodo. En siete años de crisis, únicamente subió un 4,99%, a menos de un 1% acumulativo anual. Hubo dos ejercicios, 2011 y 2013, en los que permaneció inalterado. Coincidió con los años más duros de la crisis para la economía española, que tuvo que afrontar la ayuda económica en forma de una línea de crédito de hasta 100.000 millones de euros de la UE y el Fondo Monetario Internacional para rescatar a un maltrecho sistema financiero.
Subida prolongada del SMI
Pero como suele ocurrir en la mayoría de las ocasiones en nuestro país, a años de pertinaz sequía suceden años de lluvias torrenciales. Y así ha ocurrido en los últimos cinco ejercicios. A 2016 se llegó con un salario mínimo de 707,7 euros mensuales tras una subida del 8%. Un porcentaje que solo se había superado entre los años 1980 y 1983.
En los primeros compases de los años ochenta del siglo pasado, había argumentos más que suficientes para esos estallidos salariales. La inflación creció a niveles de entre el 12,2% en 1983 y del 15,2% en 1980. En diciembre de 2018, el Gobierno acordó un aumento del SMI del 22,3%, el mayor desde el año 1977, que llevó esta referencia hasta los 900 euros mensuales. El IPC, en este caso, se había incrementado en apenas un 1,2%. En febrero de 2020 volvió a elevar el importe hasta los 950 euros mensuales vigentes en la actualidad.
El coste salarial ordinario en el primer trimestre de este año (último dato publicado por el INE) está, como media de los principales sectores económicos, en 1.712 euros mensuales que hay que comparar con 1.108 euros del SMI si en lugar de cobrar catorce pagas el perceptor solo cobrara doce. Ha crecido apenas un 4,74% desde 2016. En el caso de la construcción, el aumento ha sido del 4,51%; del 4,07 en la industria (la que tiene los costes más elevados con 1.913 euros mensuales), y del 4,87% en los servicios, actividad con los salarios más bajos (1.668 euros).
Teniendo en cuenta que el coste salarial ordinario suele ser un 33% inferior al coste laboral total, en algunos sectores de la economía española se han pagado en el primer trimestre de este año salarios por debajo del SMI. Es el caso de la hostelería, donde el coste laboral por trabajador y mes ha sido de 988 euros, lo que dejaría el salario ordinario en alrededor de los 665 euros. O de “algunas actividades artísticas”, cuyo coste laboral ha sido de 1.628 euros, que dejarían la parte correspondiente a salario en 1.090 euros.
En plena negociación a tres bandas para la revisión inmediata del SMI, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, aseguró, que en los sectores más afectados por la pandemia como el comercio y la hostelería, donde un incremento de costes puede ser contraproductivo cuando los ingresos están bajando, las relaciones se rigen por convenios colectivos con tablas salariales cuyas cuantías estén por encima del SMI.