Bob Esponja vive en una piña debajo del mar, mientras La Sirenita cantaba algo parecido entre burbuja y burbuja. Algo con lo que pretende acabar una empresa española bautizada -será por agua en la Península- Punta de Mar. Su objetivo es desarrollar casas flotantes con motor para el sector turístico.
Una idea que es ya una realidad. El primer prototipo, diseñado por Mano de Santo y KMZero, ya flota en aguas del Mediterráneo, concretamente en el Real Club Náutico de Dénia. En su fabricación han colaborado otras empresas como Würth, Technal, Simon, Guardian Glass y Gira.
Esta particular vivienda vacacional tiene 74 metros cuadrados divididos en dos plantas. La superior tiene 34 metros cuadrados y está compuesta por una terraza con una zona de relax. La zona baja cuenta con 40 metros cuadrados y dispone de un camarote con cama de matrimonio y una terraza-mirador, así como baño.
Además, es posible desplazar por tierra todo el conjunto con un remolque para fondearla en cualquier lugar en el que se desee
Todo el complejo cuenta con iluminación, hilo musical, climatización y aromatización, elementos que se pueden controlar mediante una aplicación móvil.
Se empezará a vender el año que viene, año en el que la startup espera ingresar un millón de euros, para crecer los tres siguientes hasta los cinco millones.
Cuenta con un cerramiento de vidrio para mejorar las vistas del entorno, lo que en combinación con una suerte de láminas de madera brinda, según la empresa, una visión nítida del entorno pero al tiempo salvaguarda la privacidad del interior de la casa.
Además, es posible desplazarla por tierra con un remolque, a fin de fondearla en cualquier lugar en el que se desee.
